La lucha por la exigencia de una EBAU única para todo el territorio nacional sigue dando pasos, esta vez de la mano de padres y estudiantes. La Consejería de Educación recibió ayer un escrito firmado por la Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado de Centros Públicos de Enseñanza de Castilla y León (Confapacal) y la Federación Autónoma de Asociaciones de Estudiantes de Castilla y León (FADAE) para exigir que los responsables políticos "defiendan a nivel nacional la realización de una prueba EBAU única para todo el Estado y garantizar así el principio de equidad en el acceso".

Fueron las presidentas de ambas asociaciones, la zamorana Marina Álvarez desde la Confapacal y Celia Manso, quienes entregaron este documento, donde se señalaba que "si todos los alumnos de cualquier comunidad española puedan acceder a cualquier universidad, es de justicia que las pruebas en cada distrito universitario no sean distintas".

Por otra parte, también se solicita a las autoridades que "reflexionen" sobre las tasas exigidas para poder presentarse a estas pruebas, que rondan en Castilla y León entre los 150 y los 200 euros. "Nos parecen unas cantidades abusivas que se tienen que pagar en un plazo muy escaso de tiempo y que pueden llegar a ser discriminatorias para algunas familias. Pedimos que se eliminen o, por lo menos, se reduzcan sensiblemente estas trabas económicas para la realización de la prueba EBAU, que ya bastantes inconvenientes tienen para nuestro alumnado", aseguran.

De esta manera, tanto el movimiento asociativo de madres y padres de la escuela pública como desde el movimiento asociativo estudiantil de Castilla y León se muestra la "preocupación" por diversos aspectos que conlleva la prueba evaluatoria que se tiene que afrontar para pasar a los estudios superiores. "Una prueba prescindible, toda vez que ya han superado los estudios de 2º de Bachillerato con unas notas refrendadas por personal funcionario de la administración", consideran.

La presión a la que se ven sometidos estos jóvenes durante Bachillerato es uno de los aspectos rechazables de este plan de estudios; "sobre todo en 2º, un curso enfocado no tanto a adquirir conocimientos, destrezas y aprendizajes necesarios para su vida académica y personal, sino a preparar de manera casi exclusiva esa prueba", aseguran.

"Otra cuestión que se nos hace difícil de entender es cómo las personas encargadas de preparar estas pruebas no se atienen a criterios reales e imponen un número de estándares de aprendizaje muy elevados, debidos al amplísimo currículo", añaden.