El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, situó ayer la especialización de la línea férrea convencional Zamora-Orense para el transporte de mercancías, la conexión por Alta Velocidad de la comunidad con Galicia (a través de la provincia de Zamora) y la culminación del tramo zamorano de la A-11 como puntos fundamentales si se quiere lograr la plena integración del noroeste español en Europa. Así lo aseguró Herrera ayer en Madrid en el desayuno informativo sobre el Corredor Atlántico organizado por el Fórum Europa. "Es preciso culminar definitivamente todas las conexiones AVE con el norte y noroeste a través de Castilla y León". Ahí citó la conexión con Galicia vía Zamora y con Asturias vía León, así como con Cantabria a partir de Palencia, y con el País Vasco y Francia desde Burgos y Miranda de Ebro.

Además, dijo, "es inaplazable ya la ejecución total de la Autovía del Duero". A su juicio su tramo este "hará de Soria un potente nudo de conexión con el Valle del Ebro", mientras que su tramo oeste unirá Alcañices con Zamora y Tordesillas y "reforzará el carácter estratégico sur-norte de la Vía de la Plata, y sus conexiones hacia Galicia y Asturias y la Autovía del Camino de Santiago". El presidente de la Junta realizó estas declaraciones ante una nutrida representación regional y zamorana, entre la que se encontraban el presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, José Luis González Vallvé, Juan José Lucas o el presidente de CEOE-Cepyme Zamora, José María Esbec.

Subrayó Herrera además la "cooperación horizontal" que vienen desarrollando las comunidades de Castilla y León, Galicia y Asturias y al respecto de la cooperación vertical, con el Gobierno, aseguró que "hay que apostar siempre por la lealtad, sabiendo que las instituciones están por encima de partidos y personas. Y que hay ámbitos que en lo esencial deben quedar a salvo de la confrontación". Así, ha afirmado que hacen falta proyectos a largo plazo y que un claro ejemplo de ello son las grandes infraestructuras, cuyo avance exige continuidad más allá de la sucesión de gobiernos y signos políticos, así como ayudas financieras procedentes de Europa.

En este punto, ha destacado el esfuerzo conjunto que las comunidades del oeste, incluida Extremadura, están realizando por el desarrollo del Corredor Atlántico, y por su ampliación al Noroeste, ya que se trata de un proyecto estratégico para Europa, clave para la vertebración y la cohesión territorial de España, y fundamental para el futuro de Castilla y León, Asturias y Galicia, por razones sociales y demográficas, de actividad y competitividad económica, y de generación de riqueza y empleo. "Hemos asumido durante mucho tiempo una verdadera espera solidaria a favor de otros, desde nuestro compromiso con un proyecto común de nación. Pero ha llegado nuestra hora. En particular la hora del Noroeste", zanjó.

Por ello, Herrera ha afirmado que tanto Castilla y León, como Galicia y Asturias piden ahora a la sociedad española, y en particular al mundo de la economía y de la empresa, que se involucre en el gran proyecto del Corredor Atlántico, puesto que se trata de una oportunidad real de vida y de desarrollo para ese cuadrante del territorio nacional y sus habitantes y, por lo tanto, de una gran oportunidad de desarrollo, crecimiento y empleo para el conjunto de España, que debe ser aprovechada.

El Corredor Atlántico número 7, que engloba todos los modos de transporte, es uno de los prioritarios de la Red Europea de Transporte, que se comenzó a impulsar en 2013 para "cerrar las brechas" entre las redes de los países de la Unión y eliminar las barreras técnicas que entorpecen la circulación de viajeros y mercancías entre ellos. Su definición inicial unía Portugal y España al centro de Europa, recorriendo en diagonal Castilla y León desde Fuentes de Oñoro, en Salamanca, hasta Miranda de Ebro, en Burgos.

Herrera denunció que España es "aún hemipléjica en materia de infraestructuras, con un evidente desequilibrio geográfico entre Atlántico y Mediterráneo". Para ilustrar su afirmación puso de ejemplo el dato de que "el 50% del tráfico de mercancías entre la Península y Europa se realiza a través de la fachada atlántica y cantábrica, pero el desarrollo de las infraestructuras para ello no guarda esa misma proporción".