El Ayuntamiento de Zamora ha liquidado las cuentas del ejercicio 2018 y ha conseguido sellar un superávit de seis millones de euros. El remanente de tesorería alcanza los 27 millones de euros, pero no son de libre disposición. Esto quiere decir que hay que descontar facturas no pagadas e incorporar todo lo atrasado en materia de inversiones y gasto. En total, estas partidas suman más de 21 millones de euros, por lo que el resto es lo que queda en positivo.

Se trata, por lo tanto, del segundo año que las cuentas del Ayuntamiento de Zamora arrojan verdes. Aunque no siempre ha sido así, como demuestra la evolución de la última década. Las arcas municipales arrancaron el año 2008 con un debe de 19,3 millones de euros. Un montante que se disparó hasta los 27 millones al año siguiente. La situación remontó sensiblemente hasta alcanzar otra vez la cifra de 19,3 millones en 2011, pero el 2012 fue un año nefasto para Zamora, cosechando un pico de deuda que rozaba los 28 millones de euros.

La problemática llegó hasta tal punto que obligó al Pleno de marzo de ese mismo año a aprobar un plan de ajuste para tratar de paliar la situación o, cuando menos, evitar que empeorara. Lo cierto es que las medidas restrictivas dieron sus frutos y al año siguiente, en 2013, la deuda disminuyó 7 millones hasta caer a los 20. Un año más tarde ya se situaba en 16 millones y cuando el bipartito IU-PSOE entró en el Ayuntamiento de Zamora esa cifra se aproximaba a los 14 millones de euros.

El esfuerzo económico para la eliminación de deuda realizado por el equipo de Gobierno durante el 2015 permitió dejar lo pendiente a los bancos por debajo de los cinco millones y en 2016, la ciudad se libró por fin de la deuda. El año 2017 arrojó un superávit de 11 millones de euros, mientras que en este último curso la cifra se sitúa en los seis millones.