Taburate en mano, el acusado entró blandiéndolo y lanzando golpes en un bar, con tanta violencia que logró hacerse un pasillo entre los clientes del local, que iban apartándose a su paso, asustados por la agresividad mostrada por un joven desencajado. Su actitud beligerante, provocada por la mezcla de alcohol y fármacos, solo cesó cuando uno de los clientes se desplomó. Acababa de golpearle con el taburete en la cabeza, con tal fuerza que el hombre cayó al suelo, se golpeó con la esquina de una máquina tragaperras y quedó inconsciente.

El herido tardó 40 días en recuperarse del traumatismo craneoencefálico y otras lesiones sufridas en el cuero cabelludo, de las que tuvo que ser intervenido después de ser atendido inicialmente con la sutura de la brecha que sufrió en la parte frontal izquierda de la cabeza y de la occipital derecha. La dos cicatrices de 4,5 centímetros y de 3 centímetros le recuerdan el episodio en el que se vio envuelto sin otro motivo que el de haber acudido ese día a un bar del barrio de Los Bloques a tomar algo con familiares. Ni conocía a su agresor, un joven de iniciales A.S.B., ni había cruzado media palabra con él.

La magistrada del Juzgado de lo Penal acaba de condenar a dos años de prisión al imputado por las graves lesiones causadas y el uso de un instrumento peligroso (el taburete), que deberá abonar 8.800 euros de indemnización por los daños físicos y el perjuicio estético causado al hombre al que agredió de forma brutal. La rebaja de la pena de prisión, de los dos años y seis meses solicitados por el Ministerio Fiscal y 4 años por la acusación particular, se explica porque el acusado admitió los hechos y se comprometió a pagar a plazos la cantidad estipulada para resarcir a su víctima. La magistrada acordó la suspensión de la pena de cárcel con la condición de que pague los 2.420 euros euros por las lesiones causadas y los 6.300 euros por las secuelas, más los gastos sanitarios y las costas procesales, y de que no cometa ningún otro delito en los próximos dos años, durante el tiempo de la condena. Al carecer de unos ingresos abultados, el imputado se ha comprometido a pagar 100 euros al mes hasta completar las cantidades impuestas por la juez.