El nuevo Plan de Inspección Turística para el periodo 2019-2020 de la Junta de Castilla y León publicado ayer en el Bocyl pretende ser uno de los instrumentos fundamentales contra el intrusismo y la actividad clandestina en el sector. La consolidación de los niveles de calidad y la erradicación de las actividades ilegales son de sus principales objetivos.

De hecho, el Plan recoge como una actuación prioritaria el control de las viviendas de uso turístico. Desde la Junta asocian su proliferación al uso de las nuevas tecnologías para su comercialización a través de distintas plataformas web. De ahí que concluyan que la tradicional visita que realizaban los inspectores de los alojamientos debe ser completada a partir de ahora con nuevas formas para detectar actividades que se escapan de la legalidad. Por ello, a fin de agilizar la inspección, el texto recoge la intención de dotar de medios tecnológicos que faciliten el trabajo de los inspectores, como tablets y aplicaciones informáticas específicas.

En Zamora, la Asociación Zamorana de Guías de Turismo cifra en más de un centenar el número de viviendas de uso turístico. Un importante guarismo que, en su opinión, ha obligado al sector hostelero a reducir sus tarifas para hacer frente a la competencia y así tratar de aumentar o al menos mantener el número de pernoctaciones, uno de los talones de Aquiles del sector.