La Fiscalía Provincial exige a la inquilina de un piso el pago de 2.210 euros por desperfectos y objetos supuestamente sustraídos del inmueble, así como el pago de una multa de 3.000 euros por los daños ocasiones, de acuerdo con la denuncia interpuesta por las propietarias.

La arrendataria, que aseguró haber tenido que abandonar la vivienda por el mal estado en el que se encontraba, con un agujero en el baño y humedades, está acusada de llevarse colchones, que según manifestó había entregado a las dueñas del inmueble porque compró unos nuevos. Las denunciantes sostienen que también sustrajo juegos de camas, las cortinas de la cocina, un taburete, una televisión con TDT y una mesa del salón. La joven inquilina negó haber robado nada antes de rescindir el contrato, que según declaró, las dueñas del piso incumplieron al no acometer obras para tajar los desperfectos que encontraron en la vivienda, aunque estuvo seis meses sin pagar para presionar, deuda que liquidó antes de irse.