"La gente se muere ya porque hay superbacterias que resisten a todos los antibióticos, nos lo tenemos que tomar muy en serio, porque es un problema de salud pública gordísimo". Es la advertencia de Cristina Muñoz Madero, jefe de servicio de Eficacia y coordinadora del Plan Nacional de Antibióticos del Departamento de medicamentos de uso veterinario de la Agencia Española del Medicamento, participante ayer en una Jornada sobre Resistencias Antimicrobianas celebradas en el Colegio de Veterinarios de Zamora, que preside Victorio Lobo.

Muñoz pone ejemplos: "Seguro que todos conocemos a alguien de nuestro entorno que dicen bueno, le operaron de cadera y se murió porque hubo complicaciones. Pues esas complicaciones normalmente es esa superbacteria".

"No significa que haya que hacer una alerta social, pensar qué horror, me voy a morir como vaya a un hospital. Pero tenemos que ser conscientes de ello. Hay datos que nos indican que en el año 2050 esto puede ser la primera causa de muerte. Pero estamos en 2019 y hasta 2050 tenemos que trabajar y hacer una labor de concienciación general", explica.

"Las bacterias no tienen barreras" por lo que pueden transmitirse del medio ambiente a los animales y las personas. Pero no se puede achacar las resistencias antibióticas en humano únicamente al uso veterinario. "Existe un informe europeo que cruza datos de humana y veterinaria y cuyas conclusiones indican, entre otras cosas, que muchas de las resistencias que surgen en humanos son consecuencia del mal uso de los antibióticos entre las personas. Cuando usamos mal los antibióticos, da igual dónde, creamos presión sobre las bacterias, matamos aquellas que no son resistentes y solo sobreviven las resistentes. Y estas bacterias pueden pasar a través del medio ambiente, por el contacto entre animales o vehiculadas en los alimentos como ocurre con la salmonela. Está claramente demostrado que por supuesto que hay transmisión".

Cristina Muñoz, sin embargo, quiere desmontar el mito del uso preventivo de antibióticos en las granjas intensivas, es decir, que por ejemplo se den antibióticos a los pollos masivamente para evitar que enfermen. "No es cierto y quiero alabar la actuación de los sectores que son plenamente profesionales". Y expone los resultados de los planes "reduce" de los que ya existen datos. "El sector porcino ha reducido el 86% de la colistina (un tipo de antibiótico) que consumía y está ya por debajo del límite que nos había fijado la Comisión y el sector del pollo de carne, que es el segundo plan que hemos hecho, se planteó una reducción del 45% y las empresas que lo están desarrollando están ya con una reducción por encima del 70%".

La zamorana Carmen González Martín, subdirectora adjunta de Sanidad e Higiene Animal y Trazabilidad del Ministerio de Agricultura intervino en la jornada con una ponencia sobre el sistema informático central de control de prescripciones veterinarias de antibióticos. En ella habló de la necesidad de tener un uso responsable dentro de las explotaciones ganaderas dentro del concepto de una salud, animal, humana y medio ambiental, con la obligación que tienen los veterinarios a partir del 1 de enero de este año de comunicar todas las prescripciones de antibióticos que hagan en las explotaciones ganaderas con el fin de que "una vez que tengamos una información suficiente establecer determinados análisis de riesgo". Es una base de datos que se centraliza en el Ministerio de Agricultura.