La mínima tregua que ha dado el invierno a lo largo de la última semana ha provocado la primera de las crecidas del río Duero en este 2019. En lo que va de mes, el caudal se ha multiplicado por cinco al pasar de los 85 metros cúbicos por segundo que bajaban de manera habitual a los más de 360 que se han contabilizado en las últimas horas. El deshielo y las precipitaciones han provocado este aumento del nivel del río, aunque no ha supuesto mayores problemas para la capital como sí los ha habido en el curso superior y en sus afluentes. Eso sí, las autoridades se han visto obligadas durante estos últimos días a cortar, por precaución, el paso de viandantes en determinados puntos de los paseos ribereños. Igualmente, la pasarela de acceso al embarcadero que une la playa de Los Pelambres con las aceñas de Olivares -en la parte de la margen izquierda- se observa anegada.

El observatorio a tiempo real de la Confederación Hidrográfica del Duero marcaba en el día de ayer, al cierre de esta edición, un caudal de aproximadamente 250 metros cúbicos por segundo en el Duero a su paso por la capital. Esto quiere decir que el nivel está bajando respecto al pasado domingo e incluso el lunes, cuando se alcanzaron los picos que hicieron al agua saltar por encima de los caminos situados en la margen derecha. Fruto de ello, la Policía Municipal colocó cintas disuasorias para prohibir el paso de peatones, aunque ayer mismo los primeros intrépidos quisieron ya caminar por estos lugares, no sin problemas. De cara a los próximos días, está previsto que el nivel se mantenga y no se produzca un crecimiento del caudal. Pese a todo, los niveles siguen estando muy por debajo de lo que se considera peligroso en Zamora.