La caída del programa informático Minerva mantiene paralizados los juzgados, obligados a suspender declaraciones y sin que los funcionarios puedan tramitar asuntos ni realizar ninguna diligencia o labor administrativa.

Desde primera hora de la mañana, los funcionarios de las oficinas de civil y penal de cada juzgado permanecen de brazos cruzados, a la espera de que el Ministerio de Justicia resuelva lo que denomina "incidencia de Zamora" cuando se llama por teléfono para tratar de averigüar cómo van los trabajos para resolver el problema.