El Partido Popular es la organización que más poder ha acumulado en las instituciones locales de la provincia desde su refundación hace ahora 30 años. A partir de 1991, la formación ha conseguido una mayoría absoluta tras otra en la Diputación y ha ido ampliando la distancia con su principal rival, el PSOE. Los socialistas y lo que fue la antigua Alianza Popular lograron prácticamente el mismo número de votos en 1983. En el 2011, la diferencia entre ambos superó los 20 puntos porcentuales.

En aquellos comicios del 2011, el PP superó el 50% de los sufragios y fue la primera fuerza en los cinco partidos judiciales de Zamora. El resultado, quince diputados provinciales y una nueva mayoría absoluta. Pero los acontecimientos políticos acaecidos durante esos cuatro años penalizaron a los populares, que sufrieron un duro castigo en las urnas en todo el país. En Zamora, la bajada también fue sensible. De 58.996 votos (50,36%) a 45.698 (41,37%). En ese margen se le escaparon los ayuntamientos de Zamora, Benavente y Toro. Pero salvaron la Diputación.

En la institución provincial, los populares lograron 13 de los 25 diputados en liza. De nuevo, mayoría absoluta, aunque con dos representantes menos. ¿Y cómo se llega a la mitad más uno de los diputados con poco más del 40% de los votos? Con un sistema de elección que favorece a los partidos con una mayor estructura en la provincia. Especialmente al PP, que en el 2015 se presentó en los 248 municipios.

Los diputados se escogen a través de un sistema indirecto y en el que se contabiliza el voto de cada ciudadano en las municipales. Es decir que votar a Guarido en Zamora es otorgar también un apoyo para IU en la Diputación o entregar el sufragio al vecino que se presenta en el pueblo por el PP sirve también para los populares en la institución provincial.

Para repartir los representantes se divide el territorio en cinco partidos judiciales: Zamora, Benavente, Toro, Puebla de Sanabria y Villalpando, cada uno de ellos con sus municipios adscritos. En función de la población de cada territorio se asigna un número de diputados hasta 25. Todos los partidos judiciales han de tener, como mínimo, un representante, y como máximo, el 60%. En el caso de la provincia, el partido judicial de Zamora reparte 15, Benavente 5, Toro y Puebla de Sanabria 2 y Villalpando 1.

A continuación se aplica la Ley d'Hont, un método en el que se dividen los votos de cada partido entre el número de cargos electos con los que cuenta cada circunscripción. Por ejemplo, en el partido judicial de Benavente, donde se otorgan cinco diputados, se dividirían los votos de cada formación entre 1, 2, 3, 4 y 5. Una vez realizada esta cuenta se escogerían los cinco cocientes más altos para asignar los representantes a cada partido.

Este sistema de elección favorece la supervivencia del bipartidismo, aunque la dispersión del voto ya hizo estragos en el 2015. En las últimas elecciones, el PP mantuvo tres representantes en Benavente y uno en Puebla de Sanabria, Toro y Villalpando. La caída llegó en el partido judicial de Zamora, donde bajó de nueve a siete; de 34.318 votos a poco más de 26.000. De esta situación se benefició Izquierda Unida que, con su ascenso en la capital y éxitos como el de Villaralbo, "cazó" ambos diputados. El PSOE mantuvo los mismos y Ciudadanos se quedó con el que dejó Adeiza.

Ahora, con el escenario que se presenta de cara a los comicios de mayo, el PP necesita sostener su caída, a pesar de la irrupción y el crecimiento de otros partidos, si quiere mantener la mayoría absoluta en la Diputación. Su implantación en todo el territorio provincial prácticamente le asegura el representante en Toro y en Puebla de Sanabria, donde en muchos municipios se presenta solo con el PSOE. El resto de los partidos carecen de estructura para competir en tantas localidades. En Villalpando, donde solo hay uno en juego, los populares tendrían que sufrir un descalabro impensable para ceder su asiento. Ahora suman más votos que todos los demás partidos juntos y casi doblan al PSOE, su único rival real.

En lo que se refiere a Benavente, la capital de la comarca marcará la tendencia del resultado, pero el riesgo de que los populares cedan algún diputado por el partido judicial es mínimo. En el 2015, el PP obtuvo 9.469 votos en la zona por los 6.313 del PSOE. Los demás ni se acercaron a la pelea.

El asunto se dirimirá en Zamora y, más concretamente, en la capital. Los populares necesitan sostener el resultado del 2015 si quieren retener la mayoría absoluta en la Diputación. Ciudadanos, que estuvo cerca del segundo hace cuatro años, apunta a una subida; Ahora Decide, fusionado con Adeiza, también parte con opciones de entrar si consigue hacerse fuerte en los municipios del partido judicial donde gobierna y sube en la ciudad; Vox y Podemos necesitarían irrumpir con un gran resultado (unos 3.500 votos) para alcanzar representación, pero su impacto puede afectar también al equilibrio actual. Lo que suceda lo decidirá la gente, aunque el margen es muy estrecho y los pronósticos aún inciertos.