El drama demográfico que supone que cada vez haya menos nacimientos en la provincia de Zamora esconde otro fenómeno que, no por ser menos destacado, debe ser despreciado. La edad de la primera maternidad no hace otra cosa que aumentar en los últimos años, en algunos ejercicios a raíz de dos meses cada año. Una situación que se traduce en que, con los últimos datos disponibles en la mano, en Zamora nacen más niños de madres de 40 años que de mujeres de 25.

El análisis de los datos que elabora el Instituto Nacional de Estadística indica que, lejos de disminuir, el número de partos registrados en mujeres que superan los cuarenta años de edad no ha hecho más que aumentar en los últimos años. Es el único grupo de edad que aumenta. Los nacimientos en madres menores de esa edad han descendido de forma significativa con los años, por no hablar de lo que sucede con la maternidad antes de los 25 años, antes a la orden del día y ahora un fenómeno prácticamente en extinción.

El hecho de que haya más madres de 40 que de 25 es un fenómeno relativamente nuevo. La tendencia histórica indica que la mayor incidencia de la natalidad se daba por debajo de los 26 ó 27 años. Las madres que dejaban la idea de tener hijos para más adelante eran las menos. En 2011 la situación se invierte y desde entonces las madres de 40 son más habituales en los paritorios que las de 25. De muestra, un dato. En 1987 fueron siete las madres de cuarenta años. En 2017, 37. En 1987 fueron 154 las madres de 25. En 2017 han sido solamente 20.

"Esta tendencia la vemos desde hace décadas, lo que sucede es que ahora se está agudizando, con todo lo que ello supone", apunta Alejandro Macarrón, impulsor y director de la fundación Renacimiento Demográfico, en declaraciones a este diario. "Esto tiene que ver con el hecho de que ahora la mayoría de las mujeres son universitarias, con una tasa que incluso supera a la de los hombres. Si antes se tenían hijos a los 18 ó 19, esta situación ha retrasado la edad de la primera maternidad más de una década porque las mujeres se centran en su proyecto de trabajo antes de decidir ser madres", asegura Macarrón. ¿Influye la economía? "Claro, pero no es lo fundamental. En todos los países desarrollados se está retrasando la edad de la maternidad, incluso en los que mejor situación económica tienen. Percibimos que envejecemos más lentamente, que tenemos más esperanza de vida..." y los hijos pasan a un segundo plano hasta que no salta la alerta del reloj biológico. "Sin embargo, aunque la esperanza de vida aumente, la fertilidad de las mujeres se da en unos años concretos. No por vivir 100 años vamos a poder tener hijos a los 50 de una manera habitual", analiza el experto.

La situación tiene muchas aristas. Primero, y más importante, la natalidad disminuye. "Hay familias a las que les gustaría tener más de un niño, pero lo posponen tanto que cuando quieren hacerlo ven que es tarde para tener más de uno. A partir de los 35 años la fertilidad de la mujer disminuye y desde los 40 en adelante cae en picado", asegura Macarrón.

En este contexto "es importante concienciar a los jóvenes para que no dejen la paternidad para muy tarde. Lo aconsejable es entre los 25 y los 30 años", asegura el experto consciente de que la precariedad laboral y los bajos salarios son un factor determinante a la hora de plantearse tener familia. "La edad de la primera maternidad ha aumentado seis años desde 1975, lo que es un gran problema", zanja Macarrón.