El orden del día llevaba solamente tres puntos a debate y dos de ellos eran superfluos, como se pueden entender la aprobación del acta de la sesión anterior y la inclusión de una nueva asociación en el registro municipal. El tercero era un reconocimiento de créditos por valor de 60.000 euros que se aprobó sin mayores complicaciones. Por eso, tres minutos después del inicio de la sesión, incluyendo en ellos los dos minutos de silencio por las víctimas de violencia de género, la convocatoria del Pleno del Ayuntamiento de Zamora estaba ventilada y llegaba el turno de las mociones.

La defensa de la tauromaquia o la protección de la caza fueron asuntos sometidos a análisis por la Corporación. Aunque también lo fueron los árboles que tapan la muralla en Trascastillo, la digitalización de las en reservas en las pistas deportivas o la potenciación de la ruta del modernismo. Sin embargo, ninguna de ellas ocupó demasiado tiempo ni consiguió que intervinieran todos los partidos con representación. Ninguna, salvo la evaluación de Venezuela.

Habría que remontarse varios Plenos en el tiempo, equivalentes a otros tantos meses, para encontrar un asunto sobre el que se quisieran posicionar Partido Popular, Izquierda Unida, Partido Socialista y Ciudadanos. Lo consiguió ayer el autoproclamado presidente interino de Venezuela Juan Guaidó, para quien el PP solicitó reconocimiento formal por parte del Ayuntamiento de Zamora. Tras un extenso debate en el que no sorprendió la postura de ninguno de los portavoces intervinientes, finalmente la moción salió adelante con trece votos a favor, de la oposición, y doce en contra, del equipo de Gobierno.

Menos diplomático, pero más intenso, fue el debate propuesto por PP y Cs al albor de las declaraciones en las que Óscar Puente, alcalde de Valladolid, defendía más inversión para esa Valladolid para no desperdiciarlo, dicho de aquella manera, en una periferia poco menos que fantasma. Tanto populares como naranjas centraron su foco en Antidio Fagúndez, a quien le pidieron una reprobación pública para su colega de partido. Algo que nunca llegó. Por el contrario, sí llegaron ironías que rozaron la descalificación por parte de Francisco Requejo sobre el trabajo fuera de la política del teniente de alcalde -"Ya quisiera yo un empleo con tanto tiempo libre", dijo éste- que fueron repelidas en el mismo tono por el también senador socialista -"Seguramente haya contribuido a la Seguridad Social más que usted en toda su vida", le respondió-. Esta cuestión, por cierto, también salió adelante con los mismos votos a favor de la oposición y la abstención del bipartito.