"La paz no es solo un día de enero". Los escolares zamoranos reivindicaron ayer que, más allá de celebrar el Día de la Paz con motivo de la conmemoración del asesinato de Gandhi, se trata de un estado en el que se debe trabajar de forma continua. Numerosos colegios de la capital celebraron ayer este día especial con actividades que los llevaron a salir de la rutina de sus aulas.

Los más madrugadores fueron los estudiantes del colegio Sagrado Corazón de Jesús. Sus 850 alumnos salieron a la avenida Requejo para compartir una coreografía con los viandantes, después de que dos chicos de 2º de Bachillerato leyeran el manifiesto del centro "a favor de la cultura de la paz y la no violencia". En él subrayaron que la paz debe construirse "día a día. Todos nosotros debemos trabajar para convivir en paz en nuestro colegio y en nuestra familia", al tiempo que se comprometieron a "respetar a las personas, rechazar la violencia en todas sus formas y favorecer el compañerismo", enumeraron.

En el colegio Divina Providencia niños y profesores se dedicaron a cocinar la receta de la paz, con ingredientes como el perdón, la empatía, el cariño o la justicia para elaborar el menú perfecto para un mundo mejor, igual que lo hicieron los niños del colegio Amor de Dios de Toro, quienes también mezclaron "ingredientes" en su acto.

Los alumnos de Nuestra Señora del Rocío confeccionaron un gran mural lleno de corazones y cantaron el himno de la paz, "Imagine", de John Lennon.

Por su parte, en el IES Alfonso IX se celebró una carrera solidaria para recaudar fondos y se decoró el instituto con el denominado árbol de la paz, decorado con manos de cartulina con mensajes contra la violencia.

Hasta la Plaza Mayor se volvieron a acercar, un año más, los cerca de 800 estudiantes del colegio Medalla Milagrosa, quienes dieron en esta edición vida a una enorme rosa de la paz con cartulinas de colores, al ritmo de la canción de Amaral con ese título y tras leer el manifiesto de este año, donde se subrayó que para "una buena cosecha de paz, se necesita el sustrato de la educación, hay que alimentarla desde la raíz, con una educación orientada a la construcción de proyectos comunes".

En la jornada de tarde fue el tuno del centro Santísima Trinidad, en el barrio de Pinilla, donde aprovecharon esta celebración para poner punto y final al proyecto de aprendizaje y servicio "Aprende, participa y dona", donde animaron a padres del centro y vecinos a acercarse al colegio para donar sangre.