Si bien es cierto que 2.500 taxistas zamoranos libran la llamada "guerra del taxi" en Madrid, a priori esa batalla queda lejos de Zamora. Y es que, según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Fomento, la provincia cuenta con 151 taxis y tan solo una licencia de VTC. Unas cifras que dejan una holgada ratio de 151 a 1 que sería una perogrullada sin mayor interés si no fuera porque el propietario de esa única licencia de VTC es, curiosamente, un taxista.

Se llama Luis Díaz y ejerce como conductor desde 1980 en Moraleja del Vino. En su página web ofrece un servicio "seguro, fiable, rápido y discreto". Quedamos con él en una cafetería de la capital y se presenta a la cita a bordo de un inmenso monovolumen blanco de nueve plazas, donde hay botellas de agua y piruletas. Viste con corbata. Su posicionamiento en este conflicto parece evidente.

"Esa batalla está ganada porque va en contra del mercado", afirma convencido sobre la posible desaparición de los vehículos de transporte concertado. "Esto es como si el que se dedica al cine no pudiera poner un estudio de fotografía", compara.

Controla las leyes al dedillo, fechas incluidas. "El taxista está viendo invadido su mercado por competencias de otro sector que también existe desde tiempos inmemoriales, desde el Real Decreto del año 79 que los definía como taxis de abono hasta los años noventa que pasaron a denominarse vehículos de arrendamiento con conductor".

Comenzó como taxista rural. Más tarde solicitó una licencia en la capital para poder realizar servicios urbanos y se la denegaron por ser empresa y no particular. Por eso, en el 2014 solicitó el permiso VTC, que le concedieron dos años más tarde. Desde entonces, mutuas de seguro, centros de día, residencias de la tercera edad, centros docentes, productoras cinematográficas y mediadoras de peregrinos figuran entre su clientela a nivel local y nacional. Durante el pasado año, entre los dos coches hizo 50.000 kilómetros, aunque reconoce que es más rentable el coche de alquiler al poder operar en el ámbito urbano. Eso sí, no forma parte de ninguna plataforma del estilo de Uber o Cabify puesto que estas solo operan en las grandes ciudades que además tengan alta demanda de este tipo de servicios, o sea, una "rara avis" en Zamora

Sus tasas se corresponden con el máximo establecido. Así, la tarifa por kilómetro recorrido es de 0,59 euros. Un importe que asciende hasta los 0,70 si se trata de horario nocturno (entendido este como aquel que se preste entre las 23.00 y las 07.00 horas), sábados (desde las 16.00 hasta las 24.00), domingos y festivos (durante todo el día). Por hora de espera cobra 14,80 euros aunque también se incrementa hasta los 18,20 euros si el servicio se presenta durante los días anteriormente citados. Igual que el mínimo de percepción, fijado en 3,50 euros y un euro más en los días especiales. No obstante, al tener el carácter máximo, el precio puede ser regateado y rebajado "por acuerdo de las partes" salvo la correspondiente al mínimo de percepción. En esta dualidad, Luis Díaz analiza algunas de las cuestiones del conflicto abogando por una convivencia pacífica entre ambos bandos. A su juicio, la solución pasa por la flexibilización del taxi y por una competencia leal.

Huelga. Apela al entendimiento por parte del ciudadano, pero reconoce que "todos estos daños colaterales que se están generando a la población no son de recibo".

Servicio. Defiende la calidad del servicio con coches de alta gama, adaptados y con buena apariencia. "La publicidad en los taxis está prohibida en otras ciudades porque no quieren que parezcan verbenas andantes". Él también es partidario de esta medida porque con la publicidad, "el taxi no guarda la imagen que tiene que guardar".

Tarifas. Asegura que el taxi no puede seguir atado a tantas "cadenas" como las que suponen los precios fijos. "Deberíamos poder decirle por adelantado a un cliente lo que le va a costar el trayecto".

Uber y Cabify. En relación a este último punto de los precios, considera injusto el trato "abusivo" que imponen algunas plataformas como Uber o Cabify. "No veo justo que cobren el doble un día que esté lloviendo, eso es aprovecharse del mercado en circunstancias especiales". De igual modo, critica la aplicación de las tarifas 3 y 4 de los taxis por su elevado coste.

Precontratación. Está en contra de reservar los servicios con antelación para ninguno de los dos bandos. "La ley establece que la VTC solo puede recoger mediante contrato, y ese contrato puede ser con horas o minutos de diferencia desde que se realiza la llamada". "Cuando llamen de una asistencia en carretera, que le digan a la persona que está ahí tirada que el taxi va seis horas después", comenta.