La última Encuesta de Población Activa de 2018 ofrece unos buenos datos de empleo... a primera vista. Un análisis más al detalle de las estadísticas que ayer difundió el INE, relativas al último trimestre del año pasado, indica que la pérdida de población que mes tras mes acumula la provincia de Zamora se esconde detrás de estos aparentes buenos resultados.

Primero los datos. Zamora ha cerrado el ejercicio 2018, según los datos de la EPA del último trimestre del año pasado, con 11.100 trabajadores parados. La comparación es muy buena si se hace con el tercer trimestre del mismo año, cuando la cifra de desempleados alcanzó los 12.300. Es decir, si se coge solo esta estadística se podría anunciar que la cifra de parados ha menguado en 1.200 personas en tres meses. La comparación interanual es todavía mejor, pues a término de 2017 la cifra de parados ascendía en la provincia a 13.600 personas.

Sin embargo, esta es una de las pocas alegrías que da la encuesta de población activa. Por comenzar con lo más relevante, basta decir que el número de trabajadores ocupados ha ido a la baja. El 2018 se ha cerrado con 65.300 personas ocupadas por las 66.600 del trimestre anterior y las 68.000 de justo un año antes. Esto es, en apenas doce meses Zamora ha perdido nada menos que a 2.700 trabajadores ocupados. Detrás de este dato se esconde, evidentemente, la pérdida de población activa que acumula la provincia de Zamora, una población (la activa es la que está trabajando o tiene intención de hacerlo) que ha pasado de 81.700 personas en diciembre de 2017 a 76.500 en el mismo mes del año pasado.

Todo este cóctel de cifras tiene una sola explicación, y es que el paro baja exclusivamente porque hay menos gente en la provincia. No es cierto que ahora haya más puestos de trabajo que hace un año, ni siquiera hay más que hace tres meses. Lo que hacen los datos del paro es dar un falso respiro a la provincia, que en realidad tiene a menos ocupados aunque las cifras de parados digan lo contrario. Además, esto pone cifras a una situación evidente, y es que las personas que abandonan la provincia por otros territorios son fundamentalmente individuos en edad de trabajar. Los datos muestran, una vez más, que el drama demográfico de Zamora y las escasas oportunidades laborales que hay para los jóvenes son las dos caras de la misma moneda.

Por lo demás, poca novedad. La tasa de paro desciende por vez primera del 15% desde que estalló la crisis económica y se sitúa en el 14,57%. Zamora tiene la segunda mayor tasa de paro de la comunidad, solo superada por el quince por ciento que marca Palencia.