La Audiencia Provincial de Zamora dejó ayer visto para la sentencia el juicio contra un joven acusado de un delito contra la salud pública tras ser sorprendido por la Policía en posesión de pequeñas dosis de tres tipos diferentes de drogas. La acusación que ejercía la Fiscalía, y el abogado de la Defensa llegaron a una acuerdo mediante el cual el joven se declaró culpable de los hechos con el fin de que la pena se quede en un año y medio de cárcel, con petición para que no entre en prisión, al carecer de antecedentes penales. Será ahora la Audiencia la que tenga que dictar sentencia, aunque dada la conformidad de las partes, lo más probable es que se ciña al año y medio solicitado.

Los hechos que han dado lugar al procedimiento sucedieron el 25 de enero de hace un año, sobre las siete de la tarde, cuando una patrulla de la Policía Nacional se encontraba en la zona de La Marina se percató de la presencia de un joven que intentaba zafarse de la presencia de los agentes.

Los Policías abordaron al joven y al cachearlo encontraron que llevaba encima speed, éxtasis y cannabis, todas ellas en pequeñas cantidades, especialmente las dos primeras, que no llegaban a los dos gramos. El éxtasis (MDMA) es una droga que pertenece a la familiar de las anfetaminas y su consumo puede inducir euforia, sensación de intimidad con los demás y disminución de la ansiedad. Produce una pérdida de la timidez y vuelve a quien la toma más extrovertido con una sensación de alegría absoluta y de hiperactividad. El speed, sulfato de anfetamina, tiene unos efectos parecidos a los de la anterior, aunque algo menos potentes. Ambas, no obstante, se consideran drogas peligrosas. El cannabis es también una droga, aunque en principio menos peligrosa que las anteriores.

Inicialmente el joven explicó que las drogas eran para autoconsumo personal, pero la Fiscalía entiende que esa versión no es verosímil y por eso continuó con la acusación. Aunque el acusado portara pequeñas cantidades de droga, el hecho de que fueran de tres tipos diferentes es un indicio de que en realidad podía dedicarse a la venta de estupefacientes. Sobre todo tendiendo en cuenta que su suelo de camarero hacía difícil que pudiera permitirse un consumo habitual de este tipo de drogas.

Sin embargo, la ausencia de antecedentes penales y el hecho de que el joven haya abandonado el mundo de la droga hacen que el fiscal se comprometiera en el juicio a pedir que no ingrese en prisión para cumplir el año y medio de cárcel. Además el joven deberá afrontar una multa económica de 200 euros.