El juez acaba de retirar el permiso de conducir al joven de 23 años acusado de un homicidio imprudente por causar la muerte de un peatón, vecino de Bermillo de Sagayo, en las inmediaciones del barrio Siglo XXI cuando se disponía a cruzar la carretera y el vehículo pasaba en dirección a Molacillos, el 24 de agosto de 2018, según ha podido saber LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. El magistrado acuerda la medida por "la gravedad del delito" cometido " y el riesgo que se pretende evitar", tras conocerse que el investigado, de iniciales S.J.L., "circulaba a una velocidad desproporcionadamente alta" cuando arrolló al peatón, a un mínimo de 160 kilómetros por hora en un tramo limitado a 50, según la Policía Municipal.

Asimismo, el juez se remite al certificado del Ayuntamiento de Molacillos, donde reside el investigado, en el que apunta que "en otras ocasiones había hecho lo mismo", lo que llevó al Pleno municipal a llegar a un acuerdo el 23 de diciembre de 2016 para recoger las quejas de los vecinos por esa conducta y advertirle.

El auto en el que se acuerda prohibir al joven conducir cualquier vehículo de motor, a petición de la familia del fallecido, jubilado de Telefónica de 71 años, de iniciales M.C.A, justifica la decisión judicial porque "existe el dato incontestable de que la víctima resultó fallecida por unas lesiones atroces y que fue el investigado el que le atropelló".

Además, incorpora a sus argumentos el informe pericial que recoge el exceso de velocidad al que circulaba el acusado cuando se produjo el accidente, elaborado por la Policía Municipal. El informe fue solicitado por el abogado de la familia de la víctima mortal y se elaboró tomando como referencia las grabaciones de las cámaras de seguridad de la empresa próxima al lugar del accidente mortal, en las que se puede observar cómo el conductor arrolló a la víctima en la carretera de Villalpando la noche del 24 de agosto, a las 22.00 horas. Los agentes han calculado la velocidad del vehículo que conducía S.J.L. en función del número de fotogramas que conforman el vídeo, estudio que permite asegurar que no redujo la marcha ni al llegar a la altura del hombre, que habría levantado un brazo para darle el alto, ni tras producirse el impacto en el lateral del turismo que golpea al cuerpo.

Las conclusiones son claras, el investigado por homicidio por imprudencia circulaba "como mínimo a 160 kilómetros por hora" aunque se le aplique el resultado más favorable al calcular la velocidad. El conductor iba a entre 110 y 120 kilómetros por hora por encima del límite establecido en esa zona. Esa alta velocidad explica las heridas mortales del peatón, que cayó en el acto sin posibilidad de que pudiera habérsele reanimado por el fortísimo impacto sufrido. Es decir, provocó que la energía cinética del turismo se fuera contra el peatón, explican las fuentes consultadas por La Opinión-El Correo de Zamora, su cuerpo quedó en el punto del atropello, sin causar apenas daños en el automóvil.