Miles de personas (15.000 según los cálculos de la Policía Nacional, facilitados por la Subdelegación del Gobierno de Valladolid, frente a las más de 50.000 de los organizadores, cifra similar al pasado año) se concentraron al mediodía de ayer en Valladolid y recorrieron sin incidencias las principales calles de la ciudad en una manifestación convocada en defensa de la sanidad pública de la comunidad. En la protesta participaron unos tres mil zamoranos llegados desde diferentes puntos de la provincia, muchos de ellos trasladados en alguno de los más de veinte autobuses que partieron desde las diferentes comarcas de Zamora. Con un sol brillante y frío seco, los participantes exigieron la dimisión del consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, a quien responsabilizan de forma directa del deterioro general del sistema y la desatención que padecen el medio rural y la Atención Primaria. Entre sus reivindicaciones también incluyeron la necesidad de "acabar de una vez por todas con los recortes", recuperar todo el empleo perdido y reducir las listas de espera.

Las mayores reivindicaciones se centraron en la situación de la sanidad en el medio rural. "Las pésimas condiciones laborales, la precariedad de los contratos y la falta de consideración profesional a la que la Consejería de Sanidad ha sometido a los profesionales generaron una huida de médicos, sobre todo de familia, hacia países extranjeros y hacia otras comunidades autónomas". Así lo apuntan desde la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Zamora, desde donde también aseguran que los médicos que "resisten" están "condenados a asumir la asistencia de los que faltan". Y, "como ahora no hay médicos, la solución es cerrar consultorios según el consejero y las sociedades científicas que beben de su mano. La solución no es cerrar consultorios" porque "la asistencia sanitaria en el mundo rural debe adaptarse a las condiciones específicas de nuestra comunidad: dispersión, envejecimiento, cronificación de la enfermedad o aislamiento de las personas".

A la cabeza de la manifestación, representantes de las plataformas portaban una gran pancarta en la que se podía leer "¡Nos sigue doliendo la Sanidad" y "Consejero dimisión". "Hoy las cosas están peor que hace un año", destacaron los convocantes en alusión a la manifestación celebrada el 20 de enero de 2018, tras superar "el verano más conflictivo que se recuerda", con "innumerables consultorios de pueblos cerrados", pero "la sociedad de Castilla y León se organiza para defender una de las joyas con las que presumía: su sanidad". A continuación, el manifiesto recorrió once puntos con algunas pretensiones que ya hace un año se reclamaban. Entre ellas, exigieron "acabar de una vez por todas con los recortes" y conceder un mayor peso en los presupuestos a la Atención Primaria, especialmente en el medio rural; recuperar todo el empleo perdido en el sistema sanitario público y "dignificar el trabajo de sus profesionales"; reducir todas las listas de espera (quirúrgicas y diagnósticas), "eliminando los conciertos con la sanidad privada"; y fortalecer un modelo de sanidad cien por cien público y acabar con el modelo público-privado del Hospital de Burgos.