Vox apela a "la inmigración buena" para atajar el grave problema de despoblación que afronta Zamora. El mismo partido que puso como línea irrenunciable la expulsión de 52.000 inmigrantes para pactar en Andalucía, considera ahora que la receta para que la provincia tenga futuro es, entre otras cosas, conseguir asentar población extranjera que desarrolle aquí su actividad laboral. Se trataría de un tipo de inmigración "legal" para paliar "un claro caso de déficit poblacional" como es el de Zamora. Y si se pudiera elegir, también hay preferencias. "Especialmente, se debería mirar a quienes vienen de países hispanoamericanos, porque tienen conocimientos y tradición agrícola", expuso Javier Ortega Smith en su visita de ayer a la capital.

El secretario general de Vox aterrizó en Zamora con un importante dispositivo de seguridad a sus espaldas. Una veintena de personas clamaba en las puertas del Hotel Horus contra la denominada "llegada del fascismo", del que, gritaba el grupo, "Zamora será su tumba". Ningún peligro para Ortega Smith y los casi 400 seguidores de Vox, puesto que el número de agentes de la Policía Nacional bien podía doblar el de manifestantes.

Minutos antes del baño de masas en los salones del establecimiento, el líder de Vox trazó ante los medios las cuatro líneas básicas del discurso preparado para Zamora. La primera, ya explicada: inmigración buena contra la despoblación y, si puede ser, hispanoamericana. La segunda, eliminación de trabas burocráticas para potenciar la inversión en el conjunto de la provincia. La tercera, designación de Javier Alcina como coordinador provincial y presidente de la gestora que elaborará las listas. Y la cuarta: "Vox no es el PP". En este punto, de hecho, Ortega Smith se mostró más incisivo que en cualquier otro. "El PP de Castilla y León no quiere que desmontemos su chiringuito, pero sus feudos son casi como los del PSOE en Andalucía", aseveró.