Un camionero acaba de ser condenado a medio año de prisión por usar la tarjeta de la empresa para la que trabajaba por tratar de repostar combustible en su turismo y el de otra persona, y comprar garrafas de gasoil. El acusado, que admitió haber cometido el delito ante la magistrada del Juzgado de lo Penal, intentó estafar 476 litros del combustible, valorados en 533 euros, con una tarjeta que la empresa le había entregado para llenar el depósito del camión con el que trabajaba. Al ser descubierto por el empleado de una gasolinera de la A-6, próxima a Benavente, el procesado se fue sin pagar. El camionero, reincidente, levantó sospechas porque la tarjeta era para cargar depósitos de camiones, no para automóviles, para lo que pretendía usarla. El trabajador del dispensario llamó por teléfono a la empresa titular de la tarjeta para comprobar si autorizaba el gasto, donde le informaron de que no mientras el acusado huía del estación de servicio.