El Gobierno ha presupuestado de manera definitiva el tramo de la autovía A-11 entre Zamora y Portugal en 328 millones de euros. Algo que sería una buena noticia si no fuera porque hace apenas cinco días se le negaba inversión al proyecto en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Por esta razón, el anuncio que el Ministerio de Fomento dirigido por el socialista José Luis Ábalos publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) suena a cantos de sirena. A marear la perdiz. A nada. La novedad ahora es que se ha aprobado definitivamente el documento técnico que incluye el estudio de impacto ambiental y también el expediente de información pública. Un anuncio, por cierto, prácticamente idéntico al que el BOE emitió el 25 de febrero de 2017, también días después de la presentación de los PGE y bajo la batuta del ministro Íñigo de la Serna, del Partido Popular. La A-11 no entiende de cambios en la Moncloa.

El pasado lunes, la provincia de Zamora conocía que los Presupuestos Generales del Estado destinaban 1,2 millones de euros al proyecto de enlace por autovía de la N-122 hasta Portugal. Y lo más flagrante del asunto es que en las previsiones de inversión para los años de futuro -2020, 2021 y 2022- la cifra que aparece es siempre la misma: cero. Ello no ha impedido al Ministerio de Fomento anunciar que el proyecto continúa adelante e incluso presupuestarlo en 328 millones de euros. Así se desprende de la aprobación del documento técnico "Actualización del procedimiento de evaluación ambiental de la A-11, tramo Zamora-Frontera Portugal" que ayer mismo se dio a conocer por parte del Gobierno.

La realidad es que, con esa partida de apenas 1,2 millones de euros para este año 2019, poco o casi nada se podrá hacer para avanzar en este proyecto. Menos aún teniendo en cuenta las previsiones para el futuro. Y es que la A-11 sigue sin ser prioridad para el partido que está en el Gobierno, pese a que cuando no lo está es una reclamación de las habituales.

La hemeroteca dicta que el desdoblamiento de la N-122 es el gran proyecto enquistado de la provincia de Zamora. Una obra que se ha devorado a cuatro presidentes del Gobierno y que camina hacia la nada desde hace años. Fue el 2 de julio de 2003 cuando la Dirección General de Carreteras adjudicaba a una unión temporal de empresas la asistencia técnica para la construcción de un estudio informativo de la autovía entre la Ronda Norte de Zamora y la linde con el país vecino.

Medio año después, en enero de 2004, los mismos responsables de este movimiento derivaron a la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental la memoria para consultas ambientales de la primera fase del estudio informativo con el objetivo de iniciar el procedimiento de evaluación ambiental y un mes después se abrió el citado periodo. En junio de ese mismo año se devolvió el expediente a Carreteras.

Pasó más de un año, hasta octubre de 2005, para que Carreteras sometiera todo el expediente a información pública. Un proceso en el que se recibieron 28 alegaciones. En abril de 2007, la Secretaría General para la Prevención del Cambio Climático emitía la declaración de impacto ambiental y en junio de 2007 se aprobaba el estudio informativo. Tras esto, en marzo de 2009, se publicaba en el BOE la adjudicación para los trazados de los tramos de la A-11 Fonfría-Alcañices y Ricobayo-Fonfría y posteriormente se hizo lo propio con el tramo entre la Ronda Norte de Zamora y Ricobayo, En de octubre de ese año, por último, el tramo entre Alcañices y la frontera portuguesa.

En 2010, sin embargo, llegó la crisis. Y desde entonces, el proyecto de la A-11 es prácticamente historia.