La joven estudiante de Erasmus en Zamora relató ante la Policía Nacional que cuando estaba durmiendo en el piso que compartía con otra compañera extranjera becada se despertó al sentir que alguien la estaba tocándola baja las sábanas, lo que le llevó a deducir que se trataba del único hombre que se encontraba en la casa. La denuncia ha terminado en la imputación del varón, para quien la Fiscalía Provincial acaba de exigir una condena a 2 años de prisión por un delito de abuso sexual.

Sin embargo, la condena podría quedar en el aire, puesto que la presunta víctima no acudió al juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal, con lo que la magistrada no ha podido escuchar su versión, cuya declaración es la prueba esencial para que se pueda valorar sobre la veracidad de los graves hechos de que se acusa al procesado. La ausencia se explica porque la joven estudiante es de nacionalidad brasileña, lo que ha dificultado tanto su localización como el que pudiera trasladarse hasta Zamora para confirmar la imputación.

En este tipo de delitos que atentan contra la libertad sexual y que se producen sin testigos, la prueba fundamental es la que se desarrolla en el acto del juicio, en el que se contraponen las versiones de las partes, la de la víctima y la del acusado, lo que permite a l juez determinar la veracidad de los hechos que se han denunciado.

Tampoco han acudido a la vista oral las testigos propuestas por la acusación, amigas de la estudiante de Erasmus también de nacionalidad extranjera que ya abandonaron España al terminar los estudios previstos. No obstante, su versión no deja de ser de referencia, es decir, no han visto directamente lo ocurrido, por lo que no resulta decisorios, si bien habrían servido para corroborar la versión de la presunta víctima. En cualquier caso, al no tener la posibilidad de escuchar a la denunciante, lo más probable es que la magistrada dicte una sentencia tenga que ser absolutoria por falta de pruebas contundente que puedan verificar la versión de la joven estudiante.