El duduk, un instrumento que atesora una historia de más de tres mil años originario de Armenia lo conocieron ayer en profundidad un grupo de músicos que participaron en una masterclass impartida por el reputado músico Hovhannes Karakhanyan en el Museo Etnográfico de Castilla y León.

"Nos conocimos a través de las redes sociales y mantuvimos contacto a través de Skype, le compramos varios duduks y teníamos ganas de que viniera a Zamora para que nos enseñara más sobre este instrumento", explica el gaitero Richie López mientras que su compañero Marcos García apunta que el duduk "tiene un encanto muy especial". "La primera vez que lo oí interpretar me impresionó el sonido tan profundo y todo lo que evoca. Tras querer tener uno, algo que ya he logrado, lo complicado ahora es aprender a tocarlo porque requiere un buen físico" y tener buena coordinación para "aprender a sacarle matices que es cuando el duduk buena bonito", atestigua el joven zamorano.

Karakhanyan, que toca el duduk desde hace más de tres lustros y que actúa en el prestigioso grupo de música antigua HisperionXXI con Jordi Savall, precisa que este instrumento de viento está hecho con madera de albaricoque, siendo lo ideal "que proceda de un árbol de unos 50 años". La parte del centro debe de ser secada durante casi diez para lograr una unidad que suene adecuadamente. Su interpretación "correcta" requiere mover los labios y los dedos al mismo tiempo. "Es muy complicado de tocar" apuntan varios de los asistentes a quienes el profesional les indicó la manera de situar correctamente la caña en la boca "sin tocar los dientes".

Karakhanyan enfatiza que disfruta cuando conecta con el duduk , lo que le permite ensayar "hasta cinco horas seguidas". Con él "es posible tocar todos los tiempos de músicas, desde música oriental, folclórico, jazz y blues... menos rock", enumera esbozando una sonrisa y apostilla: "Es un instrumento melancólico, pero realmente no triste. Cada uno lo toca con su alma".