Arrancó el periodo de rebajas de enero de una forma muy peculiar, debido a que el traslado de la fiesta de Reyes del domingo al lunes propició que este día 7 fuera festivo. Y hubo, es cierto, ambiente de rebajas, sobre todo en las calles más céntricas y comerciales de la ciudad, pero también se detectaba mucho comercio local cerrado al preferir respetar la jornada de fiesta a aventurarse a abrir en una jornada donde la ausencia de referencia de otros años impedía conocer cómo se comportarían los compradores.

Desde primera hora de la mañana hubo tiendas del centro de la ciudad, sobre todo las franquicias más renombradas, que vivieron momentos casi de aglomeraciones, al concentrar a gran parte de los buscadores de gangas que aprovecharán estos días para equiparse por menos dinero. La gente que ha echado un vistazo a una prenda determinada aprovecha los primeros días de rebajas para conseguirla a un precio más económico y cuando todavía hay tallas.

Había también otros establecimientos, además de los más típicamente relacionados con las rebajas como el vestido y el calzado, que también tuvieron nutrida clientela, como las administraciones de lotería que abrieron sus puertas y sirvieron para que los agraciados del sorteo del Niño recuperaran sus pedreas.

El ambiente por calles como la de Santa Clara fue también el de las rebajas. Aunque había menos gente paseando, sí se veía a muchos ciudadanos cargados con las bolsas de las tiendas en las que acababan de mercar los productos de su preferencia.

Y junto a esta realidad se apreciaba también que no todas las tiendas estaban abiertas y algunos establecimientos que habían acudido a su cita con el público pero que tampoco tenían excesiva clientela.

Y es que el hecho de que cayera en festivo el día inicial de las rebajas, prolongando así las vacaciones de Navidad puede ser un arma de doble filo a la hora de animar a los compradores a echarse a la calle para aprovechar las gangas.

En todo caso el hecho de que el periodo de rebajas se pueda adelantar y no esté constreñido a unas fechas concretas del calendario es un elemento que en cierta forma desinfla las expectativas. Es cierto que mantiene su vigencia, por la tradición, pero también lo es que el bombardeo de anuncios de descuento durante prácticamente todo el año tiene "vacunados" a los potenciales clientes de los establecimientos.

En estas fechas, como recomiendan las autoridades de Consumo y las organizaciones de consumidores, hay que tener en cuenta algunos consejos sobre todo para evitar las compras compulsivas de productos que en realidad no necesitemos. Hay que tener en cuenta que los productos rebajados deben ser los mismos que estuvieran en el establecimiento con el precio normal y que los consumidores siguen teniendo sus derechos de reclamación intactos, aunque se trata de productos en los que se ha practicado un descuento.