Seguramente sea uno de los pocos días del año -si no el único- en el que los niños madruguen sin necesidad de hacerse los remolones. El día de Reyes el bullicio de papel de regalo rasgado y abrir de cajas de cartón fueron los primeros ruidos que se pudieron escuchar en muchas casas, llenas de niños con una de ilusión que no se les borró en todo el día. Melchor, Gaspar y Baltasar habían adivinado un año más sus deseos y les habían llenado de regalos con los que disfrutaron durante todo el domingo con familia y amigos.

De esta manera, la ilusión de los más pequeños de la casa se mezcló en esta última jornada de las fiestas navideñas con el último "dulce pecado" en la mesa para los mayores, con el tradicional roscón de reyes, que en algunos hogares protagonizó el momento del desayuno, mientras que otros lo dejaron como postre de domingo y, en muchas otras casas, coronó la merienda junto con un vaso de leche. De nata, crema o trufa, con fruta escarchada y almendras o incluso sin rellenar, fue la última golosina de estas fiestas antes de regresar a una rutina que este año da una tregua, al trasladar el día festivo al lunes. Un día más para recuperarse y coger 2019 con mucha más fuerza.