Desde su inicio de actividad en 2002, más de un millón de toneladas de basura ha ido a parar al Centro de Tratamiento de Residuos Urbanos (CTR) de Zamora, el espacio ubicado en el término municipal de Pereruela que aglutina todo el servicio de recogida y tratamiento de los deshechos de la provincia incluyendo a los ayuntamientos de Zamora, Toro y Benavente, así como a las quince mancomunidades que se encargan de recoger en origen la basura de los domicilios y trasportarla hasta los seis centros de transferencia ubicados en Cernadilla, Castrogonzalo, Villafáfila, San Vitero, Toro y Bermillo de Sayago.

En total, durante los últimos quince años los ciudadanos de la capital y de la provincia han generado durante 1.138.150 toneladas de residuos urbanos. Una cifra que, curiosamente, se ha ido reduciendo a lo largo del siglo.

De hecho, en 2017 "solo" se recogieron 70.439 toneladas, la cifra más baja desde que se tienen datos. En 2003, año de inicio de la estadística, se contabilizaron 74.000. La cantidad fue aumentando progresivamente hasta el 2007, año en el que se computaron casi 81.500, el máximo histórico. Y desde entonces, la cifra ha ido bajando hasta casi bajar de la barrera de las 70.000.

Así las cosas, a falta de conocer los datos del año que acabamos de dejar atrás, en 2017 cada zamorano generó una media de 1,08 kilogramos de basura cada día. Una cantidad ingente que, sin embargo, no tiene desperdicio.

Desde su puesta en marcha, el CTR ha logrado recuperar más de 36.000 toneladas de materiales reciclables como el papel, el cartón, diferentes tipos de plásticos, acero, aluminio, brik, chapajo (chatarra) y Raee's, es decir, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Además, también se han tratado casi 37.000 toneladas de materia orgánica para elaboración del compost con fines agrícolas y de jardinería.

Por otra parte, en cuanto a la recogida selectiva, durante estos casi quince años se han recogido más de 7.500 toneladas de envases ligeros, o lo que es lo mismo, los de plástico, las latas y los briks. En 2003, apenas se recogieron 37 toneladas. Sin embargo, en 2017 la cifra aumentó hasta llegar a 822. Una evolución que pone de manifiesto "un importante aumento de la concienciación de la población a la hora de separar los diferentes tipos de envases", según explican desde el CTR.