La Fiscalía exige 21 meses de prisión a un joven por robo con fuerza en una casa habitada a las 22.30 horas del 15 de septiembre de 2017, en la urbanización Villalobos de Zamora capital, a la que accedió por una ventana durante un permiso penitenciario, después de llamar a varios timbres para saber qué vivienda estaba ocupada y cuál no, según la acusación pública. El acusado, de iniciales O.R., con antecedentes penales por robo, no pudo hacerse con ningún objeto de valor ni con dinero porque el propietario del inmueble llegó en ese momento por el garaje y el supuesto ladrón tuvo que huir para evitar ser descubierto, aunque aquel llega verle.

Los vecinos vieron cómo el imputado abandonaba el inmueble, quienes llamaron a la Policía Nacional y describieron las ropas que vestía y el aspecto físico que tenía. En las inmediaciones de esa urbanización, los agentes localizaron al procesado, que fue identificado por el dueño de la casa con posterioridad.

El joven, que en 2011 comenzó a cometer delitos de robo y lleva en la cárcel desde 2013, tras reconocer siempre los hechos, relató él mismo en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal, para asegurar que en esta ocasión no era culpable. Negó haber entrado en la vivienda de Villalobos y afirmó que estaba en compañía de una mujer desde por la tarde. A la hora en la que se produce el asalto a la casa, asegura que se hallaba esperando a que su acompañante regresara de comprar drogas, ya que no quería verse involucrado en esa actividad ilegal, dado su historial delictivo.

La madre del imputado declaró que esa noche llevaba dinero encima, 270 euros, porque ella misma le había dado más dinero del habitual para que le comprara un regalo, "unos 350 o 400 euros", ya que era su cumpleaños. La mujer contó que siempre que su hijo sale de permiso penitenciario "le doy dinero para que pueda tomarse algo". Esa noche, el acusado le había llamado, "desde una cabina de la Ronda de la Feria, para decirme que se retrasaba, que iba a cenar con su amiga". Su abogado solicitó la absolución porque los policías no encontraron huella del imputado en la ventana por la que se afirma que entró en la casa, ni ninguna otra prueba que le relacione directamente con el robo, "solo tuvo la mala suerte de estar allí", en las inmediaciones de la urbanización Villalobos, concluyó.