"La mayoría de seres humanos, o todos, hemos tenido que reprimir el antiguo impulso de matar al débil para coexistir con otros seres humanos en sociedad, de acuerdo con las leyes que nos rigen". Así comienza la misiva que este preso zamorano de Alcalá-Meco quiere hacer pública, justificando la "necesidad" de la pena permanente revisable para casos flagrantes como el del asesino de Laura Luelmo.

En realidad, este reo viene a analizar la condición humana, manifestada de manera redundante en las guerras, para distinguir lo que son instintos de lo que convierte al hombre en una criatura civilizada y social. "Que no sirva de disculpa todo lo anteriormente dicho para que cuatro desalmados aprovechen "estos instintos" y disculpen su salvajismo contra mujeres o menores, escudándose en dichos instintos, pues si los demás sabemos reprimir ese impulso que nos puede brotar por circunstancias indeterminadas, ellos también", razona.

"Laura y todas las demás que de forma tan injusta e irreverente, se os han llevado por delante como si nada", se dirige a las víctimas más recientes. El preso hace alusión igualmente a Leticia Rosino, residente en Castrogonzalo, quien fue asesinada el pasado mes de mayo a manos de un menor, que cumplirá un máximo de ocho años de reclusión por su condición de menor de edad.