Los resultados de los análisis complementarios que se han practicado al cadáver de la profesora zamorana Laura Luelmo ratificarán que murió entre el segundo y el tercer día tras su desaparición, tal y como determinaron los forenses que le practicaron la autopsia. Así lo aseguran desde la Sociedad Española de Medicina Legal y Forense a través de un comunicado en el que vienen a criticar las afirmaciones que el pasado miércoles se hicieron desde la Guardia Civil, en las que aseguraba que la zamorana habría fallecido la noche misma de su desaparición, el doce de diciembre.

"Los análisis complementarios, que se deben emplear, no suelen corregir de modo sustancial la primera predicción, raramente supondrán una rectificación importante a las conclusiones obtenidas a partir del examen del cadáver", ha señalado la Sociedad Española de Medicina Legal y Forense en un comunicado difundido por la agencia Efe.

Los especialistas han destacado que las conclusiones obtenidas por los forenses sobre la fecha de la muerte de la joven profesora "se basan en pruebas científicas", y han pedido que se respeten las competencias de los distintos profesionales que trabajan en la investigación del caso

"El simple contraste con hipótesis obtenidas a través de elementos circunstanciales de carácter indiciario no es suficiente", han aseverado los forenses que, no obstante, felicitan a la Guardia Civil por su "magnífico trabajo realizado" en este caso.

Cabe recordar las razones por las que ahora los forenses se posicionan. El coronel Ezequiel Romero, jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Huelva, y Jesús García, teniente coronel de la Unidad Central Operativa, UCO, apuntaron el pasado lunes que la fecha de la muerte de Luelmo, asesinada por Bernardo Montoya en la localidad de El Campillo, en Huelva, quedaría establecida en la noche del 12 al 13 de diciembre. Los agentes apuntaron a las bajas temperaturas de la sierra de Huelva como las causantes del buen estado de conservación del cadáver una vez fue encontrado, el 17 de diciembre.

Con estas palabras venían a contradecir lo que el informe forense preliminar apuntó un día después de aparecer el cadáver de Laura Luelmo: que había muerto entre dos y tres días después de su desaparición. Esto es, entre el 14 y el 15 de diciembre, y no la noche del doce al trece del mismo mes. También apuntaron desde la Guardia Civil que la profesora había pasado inconsciente el tiempo que estuvo con vida en el campo una vez Bernardo Montoya le asestara un golpe contra el suelo de su vivienda.

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