No es un belén al uso. Se trata de un nacimiento más bien improvisado que cada año toma forma en el bosque de Valorio. Su ubicación es desconocida. Es parte del juego en el que muchos zamoranos participan. No solo para buscar su ubicación exacta, sino para contribuir con piezas dejadas por ciudadanos anónimos que hacen de este belén un nacimiento en constante crecimiento.

Respetado durante los últimos años, a excepción de algunos vándalos dedicados a robar sus piezas, este belén secreto se convierte cada año en un curioso reclamo para la ciudad.