Nadie sabía a ciencia cierta quién convocó la quedada "runner" para pedir justicia en los casos de Laura Luelmo y Leticia Rosino, las jóvenes zamoranas asesinadas a manos de sendos varones, pero todos los asistentes tenían claro a qué venían, en busca de mantener vivo el recuerdo de las víctimas y para pedir una reacción social y política que acabe con casos como estos que han concitado la repulsa unánime y sin paliativos de toda la sociedad zamorana.

Se venían muchas camisetas rosas con la imagen de Leticia Rosino la leyenda "Lety, siempre eterna" y estaban muchos de sus familiares y amigos, que en principio nada tenían que ver con la convocatoria, pero al final actuaron de catalizadores de todo el sentimiento que acumulaban las personas que se dieron cita a mediodía en la plaza de La Marina.

"Correr sin miedo y no correr por miedo" era el lema utilizado en las redes sociales para convocar la quedada "runner", y eso es lo que hicieron los participantes. Hubo, eso sí, unos momentos iniciales de desconcierto, ya que nadie tenía organizado nada y fue necesario que algunos amigos de Leticia y voluntarios que se prestaron a ello cortaran durante medio minuto el tráfico en la zona de La Farola con el fin de que los participantes pudieran atravesar la calle y enfilar Santa Clara sin mayores percances. Al no haber convocatoria oficial la Policía Municipal no estaba sobre aviso, lo que impidió la presencia de alguna patrulla de agentes para facilitar la marcha a los participantes.

Sin Policía Municipal

Por fortuna este inconveniente se solventó en cuestión de segundos y nada más pisar Santa Clara la gente empezó a correr hacia la meta simbólica situada en la Plaza Mayor. La distancia entre ambos puntos, habitual en una manifestación convencional, se cubrió en pocos minutos al ritmo que imponían los corredores, una marcha accesible a todos los públicos, ya que de hecho había muchos niños y gente mayor entre los que secundaron la convocatoria.

Llegados a la Plaza Mayor los asistentes se fueron colocando en el perímetro del recinto, componiendo un cuadrado en el que todos se veían las caras mientras aplaudían en homenaje a las dos víctimas.

Fue Petra Vara, una amiga de la madre de Leticia, y que conocía muy bien a la joven, la encargada de leer, de viva voz debido a la ausencia de megafonía, un breve escrito a modo de poema reivindicativo: "El cielo de Zamora llora y llora sin parar, por dos mujeres brillantes que han tenido el mismo final. Sus vidas se han truncado por salir a pasear, por dos cobardes alimañas que campan a sus anchas por esta sociedad. Dando educación y valores que están olvidadas ya, a sus señorías pedimos y a toda la sociedad cambio de leyes ya. Para asesinos como estos, cadena perpetua sin más. Es tan grande la herida en nuestro corazón, es tanto el sufrimiento y el vacío que las familias destrozadas pedimos justicia ya porque esta pena tan grande no nos deja respirar. Leyes y penas más duras ya".

A continuación levantó su voz, esta vez en una alocución improvisada Clara Feliz, la madre del novio de Leticia Rosino, quien dio las gracias a todo el mundo por su presencia en apoyo a las familias de las víctimas y destacó la importancia de actos como el de ayer, aunque sean sencillos, para que "no se olvide su recuerdo". Como su predecesora en el uso de la palabra, pidió "el cambio de las leyes" para que este tipo de individuos no puedan seguir haciendo daño. "Queremos libertad y justicia", dijo Clara a los presentes.

Otra ovación puso fin a la concentración "runner" en recuerdo de Laura Luelmo y Leticia Rosino, dos jóvenes asesinadas en sendos casos con muchas y terribles semejanzas.