El Gordo cayó hasta en dos administraciones de lotería de la capital, la situada en Pablo Morillo y la de la Avenida de Portugal, con un montante de dinero de cierta enjundia, 800.000 euros, pero sea por la escasez de décimos premiados, tan solo dos, sea por la ausencia total de agraciados el ambiente festivo no se respiraba por ningún lado.

Y eso que Zamora, por fin, se había sumado a la fiesta del Gordo del Sorteo Extraordinario de Navidad de la Lotería, sin duda el más importante de los que se celebran anualmente en España sobre todo por su trascendencia social. Una histórica efemérides que quedó un tanto desangelada por el escaso entusiasmo de las celebraciones y la ausencia de agraciados en presencia física.

Superado el gafe

El joven Ángel Martín regenta la Administración de Lotería número 7 de Zamora, situada en la calle Pablo Morillo esquina con Cervantes desde hace dos años, aunque el establecimiento tiene ya una larga trayectoria en la ciudad, ya que lleva funcionando desde 1987, con Manoli Martín al frente, a la que ahora ha sustituído su hijo. El número 3.347 no era de los que tenía consignados la Administración, por lo que Ángel desconocía aún ayer los décimos que había generado a través del terminal, aunque sospechaba que no serían muchos, seguramente uno o dos a lo sumo.

Ángel es de los que piensa que algún día, por qué no, puede tocar el gordo en condiciones en Zamora, como ha sucedido este año con un décimo o como ha venido rondando en anteriores ocasiones en esta misma Administración, que una vez dio el número anterior al Gordo y otro el siguiente. Este año acertó de lleno.

José Ángel Delgado Garrote, el lotero de la administración número 3 de la capital, fue otro de los que repartió suerte entre los zamoranos, pues en su local, ubicado en la avenida de Portugal, también repartió algún boleto del primer premio, aunque no tenía muy claro cuántos exactamente, puesto que también los había vendido por terminal.

Además, confesó que había sido sobre todo en la tarde del viernes cuando más décimos había vendido del sorteo de Navidad. "Vino mucha gente y estuve hasta última hora entregando boletos, quizá en uno de ellos iba el Gordo", apuntó.

Satisfecho de haber dado "por primera vez" un premio tan grande, aseguró que con este pellizco Zamora se había "quitado el gafe" de ser unas de las pocas capitales españolas en las que, hasta ahora, nunca había caído el principal premio de Navidad, "solo algún quinto premio", recordó.

"Ojalá le haya tocado a algún vecino que lo necesite", deseó este lotero, que lleva más de veinte años al frente de la administración y continúa así una saga familiar que comenzó hace 60 años con su abuela y continúa con su madre.