El recinto ferial Ifeza de la capital fue ayer el escenario de la discordia de la provincia. Treinta mandatarios socialistas abandonaron el Consejo de Alcaldes como muestra de su reprobación al funcionamiento de este órgano y de los presupuestos de 2019, aplaudidos en cambio por los dirigentes populares y responsables de otros partidos políticos como Ciudadanos. Como es habitual por estas fechas, la Diputación de Zamora había convocado el Consejo de Alcaldes para informar a los representantes municipales de los presupuestos de 2019, unas cuentas que horas antes habían recibido el dictamen favorable de la Comisión de Hacienda y que finalmente serán aprobadas en el Pleno del próximo viernes 21 de diciembre gracias a la mayoría del Grupo Popular y al voto anunciado del diputado David Carrión, único integrante del Grupo Mixto en La Encarnación.

Durante el encuentro, la presidenta Mayte Martín Pozo explicó en líneas generales la distribución de los 63,5 millones de euros presupuestados, de los que diecinueve irán a parar a Política Social y casi seis a obra básica de municipios, entre otras áreas destacadas. Sin embargo, su planteamiento no convenció ni en su contenido ni en su continente a la bancada socialista. Tras la intervención de la regidora popular, Luciano Huerga, alcalde de Benavente, tomó la palabra para expresar su rechazo a los presupuestos y, acto seguido, él y más de una veintena de alcaldes socialistas abandonaron la sala. A las puertas del recinto ferial, Luciano Huerga denunció la gestión del Consejo de Alcaldes, a tenor de la "falta de diálogo" y la "convocatoria de un acto que se basa en hechos consumados", según sus palabras: "¿Qué pintan los alcaldes en el Consejo de Alcaldes?", se preguntaba cuestionando su función asesora. "No se nos ha pedido opinión (...) A nadie han preguntado y consultado, por tanto, no conocen las necesidades reales de los municipios", criticaba. En particular, las desavenencias de los socialistas se centraban en el reparto de los remanentes, realizado a su parecer "de forma discrecional". Por este motivo, volvían a instar al equipo de Gobierno provincial a desarrollar un Plan Extraordinario de Obras con cargo a los remanentes de Tesorería y regido por criterios objetivos similar al desarrollado por sus homólogos populares de la Diputación de León. "Otra forma de gobernar no es que sea necesaria, no es que sea posible, es que es imprescindible para sacar a Zamora de donde está en este momento, en un pozo, líder de todos los índices peyorativos de la estadística nacional", concluía Huerga anunciando la convocatoria de movilizaciones que serán detalladas en los próximos días.

En el interior del recinto ferial, misma imagen pero distintos protagonistas. La presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo, era arropada por más de cincuenta alcaldes que "voluntariamente" quisieron acompañar a la regidora en la atención a los medios de comunicación entre vítores de "¡Viva la presidenta!". "Me parece lamentable que ya estén en campaña (...) Han venido al Consejo de Alcaldes a faltar el respeto al resto de alcaldes y a hacer una charlotada, una actuación pública, colectiva, grotesca o ridícula, creo que hoy se han retratado", lamentaba.

Asimismo, Martín Pozo negaba la "falta de diálogo" aduciendo que durante todo el año ella recoge las necesidades de los dirigentes "de cualquier signo político" de la provincia y que luego son plasmadas en los presupuestos. Además, recordaba que hay un correo electrónico del Consejo de Alcaldes a disposición de todas los mandatarios para realizar sus propuestas. Unas palabras que eran ratificadas por el presidente del Consejo de Alcaldes, Raúl Rodríguez, alcalde popular de Bermillo de Sayago; y censuradas por la vicepresidenta, Alicia Nefzi, regidora socialista de La Torre del Valle, quien apelaba a la "unidad" para sacarle el máximo "jugo" posible a este órgano por el bien conjunto de la provincia.