Zamora ya tiene menos de 175.000 habitantes. Los últimos datos, difundidos ayer mismo por el Instituto Nacional de Estadística, vienen a confirmar que la sangría poblacional no cesa. Si hace unos días fue noticia que fallecieron 999 personas más de las que llegaron al mundo, hoy lo es que la provincia ha perdido 1.337 habitantes en apenas seis meses. Más de siete al día. Una situación insostenible. En los últimos doce meses, según la misma fuente, son 2.407 los habitantes que ha perdido la provincia.

El panorama es ya complicado, pero tiene pinta de ir a peor ir a peo. Un análisis por edades, comparando las cifras actuales con las registradas hace dos décadas, muestra que los zamoranos son cada vez más mayores, lo que pone en cuestión el relevo generacional necesario para la supervivencia de cualquier territorio. Todas las franjas de edad comprendidas entre los cero y los 44 años tienen ahora menos habitantes que hace veinte años, siendo especialmente sangrantes algunos abanicos de edad -como los comprendidos entre los 15 y los 19 años- que han pasado de suponer 12.000 habitantes a poco más de seis mil.

A partir de ese punto la cifra de habitantes aumenta si se compara con la de hace dos décadas. La generación del "baby boom" va cumpliendo años y eso se nota en las estadísticas. También se nota el incremento de la esperanza de vida, que hace que ahora haya más jubilados que hace veinte años. Si la cifra de menores de 15 años se ha reducido a la mitad, la de mayores de 85 años se ha duplicado en idéntico periodo de tiempo. Ahora hay 12.120 personas en ese abanico de edad.

Son, sin duda, malas noticias. Lo que la pirámide demográfica de Zamora quiere decir es que la generación del "baby boom" ya ha tenido los hijos que iba a tener y que muchos de ellos se han ido. Los mayores de cierta edad ya no se reproducirán más, lo que deja la pelota del relevo generacional en una población joven que cada vez es más escasa y que, según las estadísticas de migraciones, cada vez opta con mayor intensidad por establecerse en otros territorios del país. El futuro demográfico para la provincia es, cuanto menos, incierto.

Migraciones

El INE difundió también ayer los datos de migraciones, tanto interiores como exteriores, de la provincia de Zamora. Los datos, de nuevo, malos. Zamora pierde más habitantes de los que gana, una situación que ya se ha convertido en habitual. La diferencia entre las personas que abandonaron la provincia por otros territorios del país y los que realizaron el camino inverso es de 403 personas en negativo. Es decir, se han marchado 403 personas más de las que han llegado.

Madrid, que ha recibido a 293 personas en medio año -casi dos zamoranos emigran cada día a la capital de España- se lleva la palma. Valladolid, Salamanca y León, provincias vecinas pero con más oportunidades laborales, se quedan en segundo, tercer y cuarto puesto respectivamente. Las llegadas también se registran desde Madrid, siendo habituales en este punto los casos de zamoranos que vuelven a su provincia de origen. La única pequeña victoria que se queda Zamora es que el saldo migratorio exterior, el que se calcula con respecto a terceros países, es positivo en 71 personas.

En términos regionales Castilla y León perdió en los seis primeros meses de este año 7.737 habitantes y fue de nuevo la autonomía que experimentó un mayor declive demográfico, por delante de Galicia y Asturias, las siguientes con peor comportamiento, donde bajó su población en 3.850 y 3.243 personas, respectivamente. La evolución en la comunidad contrasta con el aumento en todo el país, donde se registró un incremento de 74.591 personas, si bien la pérdida poblacional fue menor que en el primer semestre del pasado año, cuando se superaron los 12.000 habitantes.