La visualización del mapa de Zamora coloreado según la pérdida de habitantes muestra muchas zonas oscuras, donde se ha perdido más del 40% de los empadronados en apenas dos décadas. El estudioso José Antonio de la Mano extrae algunas conclusiones, como puede ser el hecho de que dos localidades del alfoz de Zamora, Morales del Vino y Roales han aumentado más de un 100% su población, es decir, la han doblado con crecer. Pone el acento asimismo en algunos ejemplos, como Robleda-Cervantes, Roelos de Sayago, Gamones y Trabazos que "han conseguido no perder casi población a pesar de estar lejos de Zamora o Benavente. Habría que felicitar a estos ayuntamientos y ver cómo lo han logrado, serían el ejemplo a seguir para el resto".

En el lado opuesto están localidades como Villar de Fallaves o Villanueva de las Peras, que han perdido el 60% de sus habitantes (más de la mitad).

En términos generales, las zonas con una disminución de población muy alta han sido Alta Sanabria, Carballeda, parte de Aliste, Tábara, Tierra de Campos y el centro de Sayago. En el lado opuesto, las zonas que han experimentado un aumento de población o que han experimentado pérdidas ligeras son el entorno de Zamora, Benavente, Toro y Sanabria.

Uno de los datos que destaca De la Mano es que las zonas situadas cerca de los parques naturales de los Arribes del Duero, Lago de Sanabria y Sierra de la Culebra "pierden población, pero menos que otras zonas alejadas de los grandes núcleos de población", por lo que quizá factores como el turismo rural han ayudado a frenar la diáspora.

Con los datos en la mano se impone, a juicio de José Antonio de la Mano, "un plan de actuación urgente que mejore las condiciones de vida" y propone entre otras cosas acelerar concentraciones parcelarias, mejorar carreteras, incentivar el relevo generacional en explotaciones ganaderas rentables o dar más ayudas a nuevos emprendedores en zonas rurales.