Lola Estévez es gerente de la empresa de ayuda a domicilio Asiste, que tiene 50 trabajadoras. Además, es presidenta de la asociación Aztuamos Violencia, que trabaja con mujeres víctimas de violencia de género. En la jornada eWoman Zamora recibió el premio a la Mujer Emprendedora.

-¿Qué supone recibir este premio a la Mujer Emprendedora?

-Me ha hecho mucha ilusión porque no me lo esperaba y siempre se agradece que te reconozcan el trabajo.

-¿Qué le pareció la jornada eWoman? ¿Cree que son importantes este tipo de eventos?

-Me pareció muy interesante. Creo que son importantes estos eventos y que además son necesarios porque hay que visibilizar que en Zamora la mayoría de los negocios están regentados por mujeres y que la capacidad emprendedora que tenemos es muy necesaria para dinamizar una ciudad como esta. Además, la mayoría de nosotras somos madres y hacemos otros diez millones de cosas diferentes aparte de trabajar, con lo cual es de valorar.

-¿Cuándo puso en marcha la empresa Asiste?

-Abrimos en noviembre de 2012. Al principio fue una forma de autoempleo porque acabé de trabajar por cuenta ajena, tenía una niña de tres años y me quedé embarazada y pensé quién me va a contratar a mí ahora con la situación que tengo. Decidí montar mi empresa por lo menos para tener trabajo para mí. Al final, después de cinco años, le doy trabajo a alrededor de 50 mujeres, de las cuales el 60% están a jornada completa.

-¿Cuál es el cometido de la empresa Asiste?

-Nos dedicamos a ayuda a domicilio y asistentes personales. Nuestro trabajo es dar cuidados a domicilio a personas mayores.

-¿Cuándo nació la asociación Aztuamos Violencia y con qué objetivo?

-La asociación nació en el año 2016. Al principio era una asociación de profesionales independientes que tenían diferentes inquietudes y que querían trabajar en eso o ayudar. Junto con otras tres mujeres lo que hacemos es que tenemos un proyecto de atención a víctimas. Tenemos un teléfono de atención durante 24 horas los 365 días del año y lo que hacemos es acompañar a todas aquellas mujeres que nos necesitan en todo el proceso, desde acompañarlas al hospital a la hora que nos llamen, ir a poner una denuncia, ir con ellas a un juicio, darles ayuda psicológica y asesoramiento legal.

-¿Cómo se lleva ser mujer, empresaria, madre y presidenta de una asociación?

-Te lleva mucho tiempo, mucho trabajo, mucho esfuerzo, mucha dedicación y mucho cansancio, pero luego merece la pena cuando le echas una mano a una chica y sale adelante.

-¿La conciliación sigue siendo más difícil para la mujer?

-Yo tengo la gran suerte de que a mi lado tengo a un compañero que es feminista, igualitario y que trabaja tanto en casa como yo, pero quien no tenga esa suerte pues la verdad es que lo tiene bastante difícil. Es verdad que es muy difícil conciliar y teniendo niños pequeños más.

-¿Harían falta medidas para facilitar esa conciliación?

-Sí, claro que hacen falta medidas. Por ejemplo, he visto los talleres que hay para Navidad y hay dos que son de 10.00 a 14.00, pero los otros son de 11.00 a 13.00. Por la mañana o te coges vacaciones en los periodos que no hay colegio o tienes ayuda de los abuelos o es muy difícil. Me imagino que como yo están todas las mujeres y las que trabajen por cuenta ajena casi con más motivo porque yo, al fin y al cabo, me organizo un poco el horario.

-¿Qué haría falta para acabar con el problema de la violencia de género?

-Que se empiece a tomar la cosa en serio, de verdad, no solamente desde las administraciones, sino también la sociedad. Esto no es un problema de cuatro, es un problema que nos afecta a todas. Hay muchas formas de violencia contra la mujer en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Es una violencia estructural que nos afecta de todas formas. Todas en algún momento hemos sufrido algún tipo de violencia de género, bien sexual, bien institucional o simbólica y como no se empiecen a tomar medidas serias y a tomar el problema como un problema de Estado que es realmente, no se va a acabar con ella. Claro que hace falta mucha educación de los que vienen, pero también hacen falta medidas para los que ya están, que es muy difícil volverlos a reeducar. Es necesario que se tome en serio el problema de verdad, que se establezcan medidas y que la protección de las víctimas sea de verdad porque al final las que están encarceladas porque tienen a los policías detrás son ellas y las que tienen que cambiar toda su vida son ellas y es superinjusto.