María Jesús Álvarez regenta la tienda Comestibles Roma en Benegiles desde hace doce años y hace año y medio puso en marcha en el municipio una granja cunícola con mil madres y una producción aproximada de unos 9.000 conejos. El jueves recibió el premio Empresaria Rural en eWoman por su apuesta por continuar dando vida al mundo rural a través de su actividad.

-¿Qué supone este premio?

-Ha sido una sorpresa enorme. No me lo esperaba. Me quedé sorprendida porque nunca pensé que me iban a premiar por mi trabajo.

-¿Qué le pareció la jornada?

-Me encantó y me lo pasé fenomenal. Me gustaron las ponencias, la sesión de coaching y la organización.

-¿Cree que es una buena iniciativa?

-Sí, porque esto anima a otras personas a iniciarse también en alguna actividad, a creer en ellas mismas y a saber que pueden lograr sus objetivos.

-¿Por qué decidió poner en marcha una granja de conejos?

-Tengo una tienda en Benegiles que es de alimentación, productos básicos, droguería, pastelería y panadería. Este negocio lo tengo desde hace doce años y como no podía vivir de él porque cada vez hay menos gente en el pueblo y la despoblación cada vez va a más, pensé de qué podía vivir en mi pueblo. Llegué a la conclusión de que lo único de lo que podía vivir era de la agricultura y la ganadería. Como no tenía agricultura, pensé en algún modelo de ganadería y se me ocurrió montar una granja cunícola.

-¿Qué tipo de conejos son?

-Son conejos de carne para el consumo. Tengo una nave de mil madres, con una producción aproximada de unos 9.000 conejos. La verdad es que le dedico muchísimo tiempo, pero estoy muy contenta porque por lo menos veo unos beneficios y puedo vivir en mi pueblo de mi trabajo y de mis negocios.

-¿Es difícil mantenerse en el medio rural?

-Es muy difícil. Aunque tú tengas muy buenas ideas y quieras emprender, está todo muy limitado porque hay muy poca gente en los pueblos. Incluso iniciar algo por Internet o que puedas hacer desde casa es complicado porque no llegan las tecnologías como pueden llegar a una ciudad. A mí se me ocurrió esta idea porque pensé: tengo que vivir de mi trabajo y no me quiero ir de mi pueblo.

-¿Hasta ese momento no conocía nada de ganadería?

-Absolutamente nada. He iniciado de cero poniéndome en contacto con una cooperativa de conejos. Ellos han sido los que me han dado la información de todo el proceso a seguir, haciendo prácticas en alguna nave y me han ido explicando todo. Investigando un poco al final me ha salido bien.

-¿A dónde los vende?

-Los vendemos a un matadero de conejos gallego y casi todos se exportan a otros países.

-¿Su apuesta empresarial también lo es por el medio rural?

-Yo creo que sí porque en un pueblo como el mío es importante que una familia se quede a vivir. Tengo dos hijas y al final contribuyes con una familia completa que le da vida al pueblo.

-¿Como emprendedora se ha encontrado con muchas trabas?

-Me he encontrado con alguna, pero tampoco excesivas porque soy muy cabezota y cuando me propongo una cosa, hasta que no la consigo no paro. Cuando encontraba una traba, buscaba una alternativa siempre y así lo he ido haciendo hasta que he conseguido tener mis dos negocios en marcha. La tienda la puse en marcha en una semana. La nave me ha costado dos años y medio de legalización y de papeles porque el tema de la agricultura y la ganadería es más complejo.

-¿Animaría a otras mujeres a emprender?

-Sí, porque yo vivo muy feliz en mi pueblo y no lo cambio por nada. Vivo muy tranquila y me encanta vivir en mi pueblo.

-¿Qué ventajas tiene?

-A lo mejor es porque he nacido en él y eso a lo mejor también influye, pero la satisfacción, la tranquilidad, el no tener estrés ni contaminación, el poder salir a dar un paseo por un camino, andar en bicicleta y hacer miles de cosas rodeado de tranquilidad. Sobre todo también la seguridad de mis hijas, que viven en un entorno tranquilo y estamos muy cerca de Zamora. Animo a que la gente se vaya a vivir a los pueblos. Es un nivel de vida muy superior.