¿Qué hay detrás del delito de abandono de familia? Es difícil determinar si la crisis económica y el incremento del paro están realmente detrás de los numerosos casos de hombres denunciados que pasan por el Juzgado de lo Penal cada mes, algunos reincidentes que terminan con condenas a prisión.

La manida insolvencia que aducen los padres para justificar el impago de pensiones alimenticias a sus hijos resulta ser una excusa en buena parte de los casos, indican fuentes judiciales. Un engaño que no es sencillo desmontar: requiere la indagación de las mujeres que ven cómo sus exmaridos o exparejas no renuncian a la buena vida mientras acumulan deudas no ya de meses, sino de años. Investigación que las redes sociales ha puesto fácil en algunos casos, en los que el moroso con sus hijos no tiene empacho en ir dejando el rastro sobre su vida de dispendio, sus viajes de placer, "con las fotografías se ha podido demostrar que disponían de dinero suficiente para mantener un nivel de vida" que nada tiene que ver con una situación económica precaria.

Estos hombres alegan estar en paro para defenderse cuando sus exparejas les denuncian por eludir el abono de las pensiones. Y los hay que "renuncian a todo, a la indemnización por despido, incluso, para no tener que destinar parte de ese dinero al pago de las pensiones de sus hijos", indican las mismas fuentes.

Otros padres prefieren dejar de tener una nómina para sortear esa obligación. Son los que perpetúan la situación de desempleo porque su profesión les permite ocuparse fuera del sistema de forma esporádico, "viven de hacer trabajos en negro", sin cotizar, ingresos que el Juzgado no puede rastrear fácilmente para embargarles el dinero que voluntariamente niegan a sus hijos.

"En ocasiones, se ha podido probar este tipo de fraude porque alguna persona para la que el denunciado ha hecho chapuzas ha accedido a testificar ante el juez o porque alguien que le ha visto trabajando en negro lo ha contado en el juicio".

En tales casos, la responsabilidad de afrontar el mantenimiento de los hijos llega a recaer únicamente sobre las espaldas de esas madres, que se ven obligadas a sortear los efectos de la recesión económica con ajustes de los gastos familiares al máximo, se ven abocadas a mentalizar a sus hijos de la necesidad de apretarse el cinturón al máximo y, en la práctica totalidad de los casos, trabajando en lo sale, normalmente limpiando. Y, ante la impasividad de los padres de sus hijos ante sus reclamaciones, acaban por denunciar ante el juez.

Activar la vía judicial parece ser el único remedio afectivo, y no siempre, pues hay hombres reincidentes, condenados ya a abonar las mensualidades atrasadas que bien no abonan esos atrasos, bien solo afrontan esas deudas cuando el Juzgado ya les ha condenado, pero continúan sin pagar cada mes.

Excepciones

La destrucción real de empleo pone cara esos otros padres de familia divorciados o separados que realmente no pueden pagar las pensiones acordadas cuando trabajaban.

Ese parece ser el caso de un zamorano de mediana edad que se enfrenta 9 meses de prisión por incumplir la sentencia que le obliga a abonar 200 euros al mes a sus dos hijos, a la que asegura no poder hacer frente después de que el paro le dejara en la calle, declaró ayer durante el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal. Esta situación le permitió reducir la cuota mensual para sus dos vástagos, que hasta febrero de este años ascendía a 600 euros para ambos.

La condena por dejar de pagar durante dos años la pensión a sus hijos, casi 5.000 euros que abonaba ahora por sentencia, con mensualidades de 207 euros, le conducirá a prisión si vuelve a ser condenado a reclusión, como exige la Fiscalía, que cree que "dispone de bienes suficientes para pagar" porque realiza trabajos sin darse de alta como autónomo, como estaba antes de divorciarse, según manifestó su expareja. La defensa exige la absolución, ya que vive de una pensión de 400 euros por invalidez y de la ayuda de su familia, y existe una "imposibilidad absoluta" de entregar el dinero asignado por el juez a sus hijos, "vive en una situación de necesidad que no le permite pagar".