El problema de la despoblación está muy cerca de alcanzar un punto de no retorno en la provincia de Zamora, una situación que podría traducirse en la desaparición de un buen número de pueblos -sobre todo de La Raya, aunque también en otras zonas de la provincia como la Alta Sanabria- durante los próximos años. Situación suficiente para tomar medidas "urgentes" por parte de todas las administraciones públicas con algo que decir en el asunto. Así lo expusieron ayer en La Alhóndiga Francisco Burillo -Catedrático de Prehistoria en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Zaragoza en Teruel- y María Pilar Burillo -experta en análisis demográfico del Instituto de Investigación "Serranía Celtibérica"- en las jornadas "La despoblación en España, un problema de Estado y soluciones desde la izquierda" organizadas por el grupo de Izquierda Unida en la Diputación Provincial de Zamora.

Pilar Burillo presentó ante el auditorio la teoría de las diferentes fases de la despoblación, fenómeno que "se ha acentuado" en los últimos años. "La primera fase es la emigración. La gente se marcha de su pueblo porque no tiene trabajo. Se quedan las personas mayores, por lo que falta relevo generacional y empieza la segunda fase: la defunción. Cuando llega esa fase, en la que ya están los territorios que analizamos, los pueblos desaparecen", aseguró.

Mal panorama, por tanto, para una provincia como Zamora, donde la densidad de población está entre las más bajas de España y donde se alcanzan cotas de cinco habitantes por kilómetro cuadrado en la zona de La Raya y Alta Sanabria, cifras inferiores a las que se registran en Laponia.

¿Soluciones? Sí, pero deben ser tomadas "ya". Pilar y Francisco Burillo defendieron "estrategias de desarrollo sostenible y promoción natural o gastronómica para generar empleo y riqueza". Medidas a "medio plazo" que "si se toman con urgencia podrían revertir la situación". Elementales, por supuesto, los servicios básicos. "No podemos pretender traer gente joven a los pueblos si el centro médico más cercano está a 50 kilómetros. Nadie querría ir allí con un niño. Si el colegio está a una hora, tampoco". Son necesarios, por tanto, unos "mínimos" que, aunque no sean rentables, deben contar con el apoyo de las administraciones públicas. También son necesarios "incentivos fiscales", medidas que "deben tomarse ya porque la despoblación, si no se actúa sobre ella, nunca se frena. Los ancianos mueren, los hijos se han ido y no nace gente, es un círculo difícil de romper", añaden las mismas fuentes.

Los investigadores abogaron también por promover un "cambio de mentalidad". En Europa, añadieron, "las familias suelen vivir en el campo y van a la ciudad a trabajar. En España no, a la gente le gusta vivir en las ciudades en las que trabaja y tenemos la idea de que quien se queda en el campo ha fracasado en la vida. Eso no es cierto, pero mucha gente lo piensa y habría que trabajar para cambiar esta percepción", añadieron.

Los investigadores comenzaron a trabajar en la zona de Aragón y norte de Castilla-La Mancha, también entre las más despobladas de España, y comprobaron que el diagnóstico es similar al de otros territorios, como el oeste de Zamora. "En España el 53% del territorio, más de la mitad del país, está escasamente poblado. En más de la mitad del país vive solo el cinco por ciento de la población de España, menos que en la ciudad de Madrid". Pilar y Francisco Burillo vuelven a protagonizar una conferencia en Zamora hoy, a partir de las 11.30 horas, en el salón de actos del Museo Etnográfico. El acto de hoy está organizado por la asociación "Viriatos" y está abierto a todas las personas que estén interesadas.