Da igual que sea a lo Dalí o a lo Fu Manchú. Como el de Chaplin o el de Cantinflas. Todos están permitidos. Con la llegada del undécimo mes del año, decenas de zamoranos se han dejado bigote por una buena causa: el Movember. Una campaña internacional que pretende visibilizar los problemas de salud del hombre como el cáncer de próstata, de testículos o la depresión. "Los hombres se enfrentan a una crisis de salud de la que no se habla. Se están muriendo demasiado jóvenes. Mucho antes de lo que debieran", justifican los organizadores de la peluda iniciativa solidaria.

Con ese pretexto, el simple gesto de dejarse bigote es una buena excusa para hablar de las enfermedades masculinas y recaudar fondos para su investigación. El mecanismo del Movember -contracción en inglés de "Moustache" (bigote) y "November" (noviembre)- es sencillo. Los participantes, también llamados "Mo Bros", dejan crecer su mostacho durante los treinta días del mes. Van subiendo fotos del proceso a sus redes sociales para generar debate y animar a más gente a seguir su ejemplo. Se registran en la web de la Fundación Movember y hacen sus donaciones. Así, con ello no solo se logra visibilidad sino también financiación.

Pese a que la campaña no es nueva, ya que nació en 2003 en Australia, cada vez son más los zamoranos que deciden apoyar la causa. Como Iñaki. Él ya lleva cuatro años sumándose al movimiento. "Por desgracia, he sufrido casos cercanos. Y como en todo, hasta que no lo sufres de cerca o te pasa, no te das cuenta de la importancia que puede tener", lamenta. Por eso, pese a que suele llevar barba, cada mes de noviembre se deja bigote. "La gente pregunta mucho, algunos vacilan porque no conocen este movimiento aunque incluso cuando se lo cuentas tampoco se lo creen mucho", reconoce.

Por suerte, Manu no ha vivido experiencias cercanas de este tipo. Pero conoció la iniciativa por su compañero de piso y también decidió apoyar la causa hace tres años. Tanto que el año pasado decidió prolongar su look solidario. "Le cogí el gustillo y me mantuve con el bigote y la perilla hasta finales de año", confiesa. Junto a sus compañeros de trabajo, forma parte del equipo AMRI. "Es una buena causa y además puede resultar muy divertido cuando se hace en grupo, pasas buenos ratos riéndote de las pintas de sus amigos con bigote", cuenta.

"Un amigo de la familia acaba de ser operado precisamente de cáncer de próstata", apunta Rodri en su primer año como "Mo Bro". Él reconoce que nunca se lo ha dejado porque le salen "cuatro pelos" y se "ve raro". Pero como él mismo añade, "eso es lo de menos". A su juicio, "el bigote ayuda a llamar la atención porque la gente te pregunta", sirve para "promocionar hábitos de vida saludables" entre los hombres y contribuye a visibilizar tipos de cáncer "más olvidados". Como el de testículo, el que sufrieron un familiar y un amigo de Diego. De ahí que además de dejarse su bigote irlandés, contribuya a la causa con un donativo económico por que si no, "no tendría lógica apoyarlo sin más". Al igual que más jugadores del Zamora Rugby Club, su compañero de equipo Carlos también apoya la iniciativa. De hecho, él mismo padeció cáncer testicular el año pasado. Confiesa que "una foto de postureo no ayuda en la investigación del cáncer", por eso también se suma al Movember poniendo dinero de su bolsillo. Como él mismo razona, "no sería muy coherente querer algo pero no hacer nada por ello".

En este sentido, cabe recordar que conforme al último informe del Instituto Nacional de Estadística, de las 715 personas fallecidas como consecuencia de un tumor en Zamora, 435 fueron hombres. En concreto, el de próstata se llevó la vida de 56 zamoranos mientras que 45 murieron por trastornos mentales. Unos datos a tener en cuenta que obligan a cuidar de nuestra salud tanto o más que por el bigote.