Mucha animación se registró ayer en las calles más comerciales de la ciudad con motivo de la celebración del Black Friday, una cita de fiebre compradora importada de Estados Unidos pero que, por lo que parece, se ha asentado bien en España y más particularmente en Zamora.

La llegada del frío de verdad unida a la proximidad de las Navidades hizo que fueran muchos lo clientes que se acercaron a las tiendas para conseguir aquellos productos normalmente ojeados días antes, con un descuento importante, en la mayoría de los sitios del 20%, aunque había algún caso del 30% e incluso del 50%.

Aún es pronto para hacer un balance de lo que ha sido el Black Friday en Zamora, ya que al caer el viernes se suele prolongar la campaña de promoción hasta el sábado, aprovechando además que globos, cartelería y demás elementos promocionales que incitan a los ciudadanos a comprar están ya listos. Las previsiones de la Asociación de Empresarios de Comercio de Zamora, Azeco, eran de un fuerte tirón de ventas sobre todo durante la tarde de ayer y la mañana de hoy, aunque lo cierto es que desde primera hora del viernes se veía mucha animación de compradores por las calles comerciales de la ciudad.

Llegar pronto tiene una ventaja, que es más fácil encontrar la prenda o la talla adecuada, si bien es cierto que los viernes por la tarde y los sábados por la mañana suelen ser periodos en los que las familias disponen de más tiempo libre para dedicarlo a dar un garbero en busca de la ganga.

Efecto arrastre

El incremento de ventas de estas jornadas del "Viernes Negro" no es tanta bicoca como parece para los comerciantes. Desde Azeco su secretario, Ángel Hernández, explica que uno de los fenómenos del Black Friday es que el consumidor aplaza o adelanta la decisión de la compra para aprovechar la jornada de descuentos.

Es decir, que no sólo se produce un efecto de llamada al consumo en esta jornada, sino que desde semanas antes y las posteriores se detecta un descenso de ventas "normales", debido a que el comprador que tiene intención de realizar una adquisición espera a los descuentos de esta jornada. El resultado es que lejos de incrementar las ganancias, las ventas son prácticamente las mismas, aunque concentradas en dos días, y la ganancia es menor, ya que se comercializa con un margen más estrecho.

Actuar con precaución

Pese a la impresión del responsable de Azeco lo cierto es que si se aprecia un clima de alegría compradora durante el Black Friday: hay poca gente que vaya a mirar, y mucha que sale con la bolsa del establecimiento después de haber adquirido un producto, quizá porque al contrario de lo que ocurre en las rebajas, el tiempo disponible para adquirir el producto deseado es sumamente corto. Hay que tener, no obstante, cuidado, ya que no todos los productos de una tienda están rebajados, y el cliente se puede llevar la sorpresa que justo el que se lleva en su bolsa no tiene descuento alguno. Sólo hay que fijarse un poco para comprobar cuáles entran y cuáles no en la oferta del "Viernes Negro".

Los sectores donde más triunfa el Black Friday son sobre todo los relacionados con los artículos de uso personal, especialmente vestido y calzado, aunque también participan otros sectores del fenómeno, sobre todo los relativos a la electrónica o la informática.

"Consumimos felicidad"

Claro que no todo el mundo está de acuerdo con el Black Friday, sobre todo por el concepto consumista que conlleva. Y por ello protestó Ecologistas en Acción, que realizó un pequeño montaje titulado "Consumimos felicidad" y repartió octavillas en Santa Clara, con activistas disfrazados de bolsa de la compra. "Es más bien un viernes negro para el planeta. Queremos que la gente dedique un minuto de reflexión a pensar en el consumismo".