La mesa redonda "La Universidad de Salamanca como impulsora de talento", celebrada en el Teatro Ramos Carrión, sirvió para poner de manifiesto el prestigio del que, 800 años después, todavía puede presumir esta institución. De ello se encargaron tres antiguas alumnas zamoranas de la USAL -Victoria Mateos Manteca, hematóloga del Hospital Universitario de Salamanca; Araceli de las Heras González, directora de la ONCE en Palencia; y Rocío Taboada Taboada, egresada de la Escuela de Enfermería de Zamora y actual doctoranda-, en una charla moderada por la directora de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, Marisol López. Todas ellas hablaron largo y tendido sobre su experiencia en el aula, su papel como mujeres en la universidad y los retos que se le presentan a la USAL en los próximos años.

El esfuerzo es el nexo principal que une las carreras de estas mujeres. "La investigación es un mundo muy competitivo, así que las exigencias son mayores", apuntó la doctora Mateos Manteca, quien explicó que a los alumnos de Medicina les traslada su pasión por la investigación, "porque en la universidad no solo hay que digerir el conocimiento, sino también generarlo". Un desafío al que también se une Araceli de las Heras, a quien la pérdida de visión le dio la oportunidad de cambiar su profesión de pintora al estudiar Relaciones Laborales en la escuela de Zamora. "En las carreras se aprende, pero también hay que saber hacerlo tuyo y transmitirlo hacia fuera", apuntó.

Por su parte, Rocío Taboada, enfermera, reconocía que en la rama de sanidad "el conocimiento no se guarda, sino que es habitual que se lleve al campo de la investigación e impulsar así el talento. Las ciencias de la salud están en constante cambio y hay que hacer un gran esfuerzo profesional, pero merece la pena solo por los resultados que se obtienen", subrayó.

Más allá de la formación teórica, las participantes afirmaron que la educación en valores es "esencial" para las nuevas generaciones. "En medicina hay que saber escuchar al paciente", puso como ejemplo Mateos Manteca, añadiendo además la necesidad de crear en los alumnos "una mente crítica". Taboada señaló que durante la carrera aprendió conocimiento, "pero también sobre la esfera humana, considero que es muy importante que se incentive en las facultades el aspecto de los valores", corroboró.

Las tres valoraron que la mujer cada vez tenga un mayor peso específico en la universidad, un lugar por el que ha tenido que luchar durante las últimas décadas. Mientras que De las Heras aseguró que "en ningún momento" se sintió discriminada por el hecho de ser mujer, la doctora apuntó que el servicio de Hematología, donde desarrolla su trabajo, tiene en plantilla a más del 50% de mujeres, "aunque cuando me muevo en el campo de la investigación, los hombres son mayoría, aunque en ningún momento me he sentido infravalorada", advirtió. Una sensación que tampoco ha tenido Rocío Taboada, "quizá por tratarse de Enfermería, que siempre ha sido una profesión más vinculada a la mujer", razonó.

Las tres acordaron que haber estudiado en la USAL ofrece un marchamo especial. "Por mi trabajo, he recorrido varios países, y en todos ellos se conoce a la Universidad de Salamanca, además, muchos extranjeros acuden a ella para estudiar e investigar", puso como ejemplos. "Ofrece estudios de reconocida calidad, con gran peso académico y se convierte en una buena carta de presentación", añadió Taboada. "Fuera de España se valora mucho...y aquí deberíamos hacerlo más", consideró.

También pusieron sobre la mesa los retos que tiene la Universidad de Salamanca de cara al futuro. Para la doctora Mateos Manteca, estos desafíos pasan por luchar por un acceso más igualitario, que es el gran problema que tienen los jóvenes de Castilla y León y por lo que se lucha por la puesta en marcha de una EBAU única. "Esto solucionaría problemas actuales. Por ejemplo, si hubiera más estudiantes de la región estudiando Medicina, sería más factible que se quedaran luego y se acabara con el déficit de sanitarios aquí, lo que también ayudaría a luchar contra la despoblación".

Del mismo pensamiento fue la presidenta de la ONCE en Palencia. "Hay que formar a gente y luchar para que se quede en Castilla y León, no que la USAL sea un simple trampolín para salir fuera. Nuestra región tiene muchas posibilidades y no hay que dejar escapar a los mejores", aconsejó, al tiempo que también consideró que la relación entre la universidad y la empresa debe ser cada vez más estrecha para ese mismo objetivo. "Las compañías deberían acercarse y ver que de la universidad pueden salir grandes talentos. Esa unión generaría también mayor seguridad en los jóvenes para intentar quedarse en su tierra, porque verían que sí tienen posibilidades de futuro", declaró para finalizar.