Casi dos personas al día llamaron a las puertas del centro de acogida Madre Bonifaciaen busca de ayuda. Un total de 653 transeúntes fueron atendidos por la casa gestionada por Cáritas Diocesana de Zamora, que ayer presentó la nueva campaña con motivo del Día de las Personas Sin Hogar. Con el lema "Estoy tan cerca que no me ves", la iniciativa social busca denunciar la "invisibilidad" de todas aquellas personas necesitadas a quienes la entidad auxilia con el objetivo de "recuperar su vida y dignidad perdidas", en palabras de Antonio Martín de Lera, delegado episcopal de la organización.

"En una provincia pequeña como Zamora, donde todo nos parece que está muy cerca, resulta que aparecen realidades de personas que no vemos, que ni nos imaginamos (...) El concepto de cercanía no es siempre sinónimo de implicación, ayuda y equidad", explicaba María León, directora del hogar de acogida. El desarraigo familiar, la precariedad económica y la falta de oportunidades laborales conforman el caldo de cultivo de una "situación coyuntural" que ha generado "nuevas pobrezas" pero que "no se ven tanto". A juicio de León, "nos falta mayor sensibilidad social" para revertir un problema que no se solventa "con una limosna".

Testigo de ello es Vicente Conchero. Por causas familiares, llevaba desde los doce años en la calle. La mendicidad y su enfermedad le estaban llevando a hacer "malas cosas" hasta que un educador de calle de Cáritas se cruzó en su camino a finales del pasado año. "Me ha caído un ángel del cielo", comentaba por esas fechas. Ahora, es un "Vicente nuevo", aunque el camino no ha sido fácil. "En varias ocasiones pensé quitarme la vida, no veía el mundo como un hogar (...) Pero nunca me vi con la felicidad que gracias al centro y a la directora me han dado", confesaba.

Fue precisamente María León quien también se interpuso en la vida de Manuel Bonilla, de 53 años. "No olvidaré nunca una frase que ella me dijo: Manuel, tú tienes la oportunidad de iniciar una nueva vida en Zamora". Vivía con sus padres en Jaén hasta que le echaron de casa por sus problemas con el alcohol. Estuvo dando tumbos durante 15 días "de un sitio para otro, comiendo cero y bebiendo mucho" hasta que terminó en el Hospital de Zamora, donde estuvo ingresado durante varios días. Fue la Policía Local quien le habló del centro y el término hogar adquirió una nueva dimensión: "La palabra hogar no es solo un espacio físico". Ingeniero técnico industrial, con dos másteres en su haber, sigue ampliando su curriculum para seguir su "incorporación a la vida".

De hecho, hace quince días este periódico publicaba la entrega de diplomas de unos cursos de formación en la Diputación de Zamora y recogía los testimonios de algunos de los alumnos. Entre ellos el de Manuel, desconociendo su situación personal, y poniendo en evidencia precisamente esa "invisibilidad" en la que se centra la campaña "Estoy tan cerca que no me ves".