Esterilizar a los machos. Es la idea que pondrá en marcha el Ayuntamiento para intentar mantener bajo control la creciente colonia de ocas en la capital. Son al menos 25 ejemplares los que mantienen su hábitat habitual en la zona de los Pelambres, el Puente de Piedra u Olivares y el Consistorio quiere mantenerlas bajo control para evitar que se produzca una proliferación mayor de individuos, ya que la presencia masiva de estos palmípedos podría provocar problemas de suciedad e incluso algún ataque, ya que suele ser una especie bastante agresiva.

Al parecer las ocas están presentes en toda la ribera del río entre Zamora y Carrascal. Seguramente hubo un grupo primigenio que se ha ido multiplicando y las nuevas "familias" se han ido extendiendo por los hábitats ribereños para buscar su propia zona de confort y su alimento.

La idea es que un veterinario se encargue de anillar a los ejemplares para tenerlos controlados, así como de la esterilización de los machos, con el fin de evitar que la especie se reproduzca en exceso. De hecho, el Ayuntamiento recuerda que está prohibido dar de comer a ocas y patos del Duero. Quien lo haga se arriesga a una sanción de acuerdo con la ordenanza. Y, además, se hace un flaco favor porque "los alimentos que les dan no son adecuados para este tipo de animales silvestres, incluido el pan", el más común. Es, precisamente, en busca de esa comida por lo que abandonan el agua y saltan a la orilla.

El Ayuntamiento no se propone sacrificar ningún animal, pero sí intentar que no proliferen en exceso.