El adiós de Gaza de la capital supondrá una pérdida de 14.000 euros para el Ayuntamiento de Zamora. Según las fuentes consultadas por este periódico, ese era el importe que la industra láctea dejaba anualmente a las arcas municipales en concepto de IAE, el Impuesto de Actividades Económicas.

Una cuantía que según las declaraciones del alcalde "no es significativa en absoluto" para el Consistorio capitalino. En palabras de Francisco Guarido, "la economía del Ayuntamiento no se va a resentir ni por asomo" tras el traslado de la fábrica lechera al polígono industrial Los Pinares de Coreses ya que además esa pérdida no se hará efectiva hasta que el traslado de las instalaciones no sea definitivo, es decir, hasta 2020. Además, la cooperativa seguirá pagando el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) por la fábrica construida junto a la carretera de Almaraz.

No obstante, más allá del impacto económico para la ciudad de su salida, el anuncio continúa generando debate político. Si el pasado domingo la lideresa popular Clara San Damián acusaba a Guarido de "haber mentido a todos", el Partido Popular retomaba ayer la polémica para poner en tela de juicio la gestión del asunto en la Casa de las Panaderas y en concreto en las dependencias de Urbanismo.

A juicio del viceportavoz del Grupo Municipal del PP, José Luis González Prada. A su parecer, la decisión "muestra una falta de compromiso político" por parte del equipo de Gobierno y responde a las "dudas de la empresa por el propio funcionamiento del Ayuntamiento" en este área. De ahí que desde el Partido Popular expresen su "absoluta y rotunda reprobación" a la gestión del asunto. Además, sobre las reacciones de Izquierda Unida y PSOE, desde el PP recriminan que "el alcalde ha salido para echar la culpa a otros y Antidio Fagúndez ha vuelto a esconder la cabeza debajo del ala".

Por alusiones, Francisco Guarido reitera que se trata de una "decisión empresarial" en la que durante las reuniones mantenidas con la propia empresa y la Confederación Hidrográfica del Duero "quedó meridianamente claro" que la burocracia no había sido "determinante" para su salida, tal y como sostuvo el pasado viernes el director gerente de Gaza, Ignacio Quintanilla. En la misma línea, el subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco, también respeta la decisión "empresarial" de la fábrica y recuerda que la generación de riqueza por la central lechera no va a salir de la provincia. En este sentido, defiende que la salida de la empresa no se puede tildar de "deslocalización" ya que la fábrica sigue asentada en la provincia con sus "mismas señas de identidad, su ADN y su vinculación con Zamora".