"En el océano hay muchas líneas de investigación abiertas, la información que nos dan los océanos es una fuente para la ciencia y para aprender del pasado con el objetivo de entender el futuro". Esa es la importancia que le atribuye al mar y su estudio el geólogo José Nespereira Jato, profesor de la Escuela Politécnica de Zamora, quien participó ayer en el ciclo CulturAlcampus con su charla sobre "Los secretos del fondo del mar: de la tectónica de placas al estudio de los riesgos geológicos", impartida en el salón de actos del Campus Viriato.

Su intervención se centró en poner el foco en los océanos y todo el conocimiento que, desde el punto de vista geológico, se ha obtenido a lo largo de la historia y se sigue obteniendo. Tras analizar la teoría de la tectónica de placas y cómo ha ido evolucionando "a raíz de descubrimientos que partieron de observaciones realizadas en el fondo de los océanos", la segunda parte de su conferencia analizó los riesgos geológicos. Ahí se centró en su relación "tanto con las infraestructuras más cercanas a la costa como las zonas de terremotos y volcanes", puso como ejemplos.

Esa idea le sirvió para acercar al público ?desde estudiantes de los grados de Arquitectura Técnica e Ingeniería Civil, donde él imparte clase, hasta alumnos de la Universidad de la Experiencia? las actuales técnicas que se utilizan en la investigación oceanográfica desde el punto de vista geológico.

"A partir de las necesidades del hombre, estas técnicas han ido evolucionando", afirmó el profesor. "Un gran espaldarazo a la investigación está relacionado con el tendido de los primeros cables transoceánicos, otro gran impulso lo dieron en los años 60 y 70 las explotaciones y plataformas petrolíferas. Ahora estamos viviendo el momento de la energía, mirando al mar para construir en él granjas marinas", puso como ejemplos.

En este sentido, defendió que, como ocurre con la construcción de carreteras, "siempre se tiene en cuenta el impacto que se produce en el mar cuando se inicia algún proyecto", aunque reconoció que, en general, "a mayor presión ejercida por el hombre en el medio, más lo llevamos a los límites" y enumeró las zonas de costa masificadas o ciudades con riesgo de terremoto donde se ha construido en lugares menos seguros que los primeros asentamientos. "Cuanto más actuamos, mayor posibilidad tenemos de desequilibrar el medio y el sistema. Ahí es donde hay que estar atentos", advirtió, poniendo el énfasis en las investigaciones, "que son de las que se aprende, incluso de los errores cometidos. Hay que observar bien qué ha pasado para poder hacerlo bien en un futuro", finalizó.