La juez ha decretado una orden de alejamiento para impedir que los padres del niño de 16 meses intoxicado por la ingesta de drogas, que permanece en el Hospital Virgen de la Concha en observación desde su ingreso el sábado pasado, puedan verle o comunicarse con él por cualquier medio, tras acusarles de no haber prestado el cuidado debido al menor, un delito de abandono de familia.

La magistrada que tomó declaración a la pareja, a la que dejó en libertad con cargos pero sin posibilidad de hacerse cargo del bebé una vez abandone el hospital, solicitaba a la Junta de Castilla y León que el servicio de Protección de Menores asumiera la guarda y custodia del niño, al que se habrían hallado restos de drogas en el chupete.

La pareja investigada negó haber suministrado ningún tipo de drogas a su hijo, si bien los médicos observaron que estaba afectado por el consumo de estupefacientes, en concreto, tras los análisis permitentes, hallaron en su organismo restos de cocaína y de cannabis que explicarían el estado alarmante en el que ingresó el pequeño en el servicio de urgencias del Virgen de la Concha el sábado. Los médicos del Complejo asistencial de Zamora decidieron derivarlo a la unidad de Pediatría del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, donde se haya el servicio de referencia regional de esta especialidad, cuyos facultativos, tras ingresarle en la Unidad de Cuidados Intensivos y someterle a un exhaustivo examen durante el fin de semana, volvieron a remitirle el lunes al hospital de Zamora, donde ayer se encontraba aún ingresado.

El niño está ya bajo tutela judicial y bajo custodia de la Junta, que se hará cargo del menor cuando los médicos le den el alta hospitalaria, momento en el que pasará posiblemente a la residencia del Tránsito para niños de 0 a 14 años.

La juez dictó el auto con la orden de alejamiento y la acusación por no cuidar adecuadamente a su hijo después de interrogar a los progenitores, quienes declararon en presencia de la Fiscalía que se encontraban en una fiesta de cumpleaños, con un montón de gente, cuando el niño comenzó a mostrarse indispuesto, según ha podido saber La Opinión-El Correo de Zamora.

Según su versión, el propio niño habría cogido las drogas en un descuido de los padres, cuando todos se hallaban en un lugar en que había gran cantidad de personas, o bien se le pudo haber caído el chupete al suelo e impregnado de drogas.

A las preguntas formuladas sobre una posible adicción de ambos a las drogas que podría explicar que el niño hubiera tomado la cocaína y el cannabis, los progenitores negaron ser consumidores habituales de estupefacientes, si bien reconocieron que lo han sido y que alguna vez, de forma muy ocasional, toman alguna.

Una vez testificaron ante la juez, ya no pudieron acudir al hospital para quedarse con su hijo ni para visitarle, lo que les ha prohibido la juez, una medida cautelar para proteger al menor de edad que está bajo la tutela del Juzgado y protección de la Administración autonómica.

El delito de abandono de familia que se les imputa podría llevarles a prisión, además de inhabilitarlos para el ejercicio del derecho de patria potestad, tutela, guarda o acogimiento familiar por tiempo de cuatro a diez años.

La Audiencia Provincial ya condenó en 2013 a una joven madre a dos años de cárcel por suministrar cocaína y sustancias para dormir a su hija de un año y medio, práctica que, al menos, llevó a cabo durante seis meses, por entender los magistrados que la madre había atentado contra «la integridad moral» de la menor y que lo hacía «con conciencia del efecto que producía», la niña se dormía rápidamente, lo que implica la existencia de delito de violencia física sobre la menor.