El desprendimiento de un calentador en una frutería es la principal hipótesis para explicar por qué la estación de autobuses amaneció el lunes con una gran balsa de agua que se coló en varios negocios.

Este termo de agua se cayó del techo en la parte de arriba del local, lo que ocasionó que la tubería estuviera soltando agua desde las tres de la madrugada hasta pasadas las seis, cuando los responsables de la estación cortaron el suministro.

La frutería sufrió los peores daños y, desde allí, el agua salió al pasillo y entró en el resto de establecimientos anexos.

La mayoría de estas tiendas contiguas tuvo que achicar agua durante la mañana y algunos de los establecimientos sufrieron pérdida de género, aunque ellos mismos señalaron que la situación se saldó sin grandes daños materiales para ellos.

Esta situación coincide con las quejas de los comerciantes por el estado de mantenimiento general de la estación. Existen goteras y hay malestar por la conservación del inmueble.