Hace 800 años nació la Universidad de Salamanca. Fue la primera universidad española y es la única que ha mantenido su actividad a lo largo de ocho siglos. Se alza con el título de la más antigua de España y del mundo hispánico y la tercera más longeva de Europa. Por ella han pasado personajes ilustres como el escritor y catedrático Francisco de Vitoria, el poeta Fray Luis de León, el escritor y filósofo Miguel de Unamuno o, en tiempos más recientes, el político y abogado Adolfo Suárez.

2018 está siendo un año especial para la Universidad más antigua del país, inmersa a lo largo de toda la anualidad en la celebración de su VIII Centenario con actividades vinculadas al patrimonio, la cultura y el turismo y que se han convertido en el referente cultural del año. El evento de carácter internacional ha recibido la calificación de Acontecimiento de Estado por el Gobierno de España. La razón: que se trata de la universidad decana del ámbito iberoamericano, la más antigua de España en tener actividad de forma ininterrumpida y la referencia para la enseñanza del castellano a nivel mundial.

Es el año 1218 el que marca el inicio de la Universidad salmantina. Así comenzaron 800 años de historia. Alfonso IX de León quiso tener estudios superiores en su reino y creó las “scholas Salamanticae”, germen de la actual Universidad de Salamanca. La institución se convertía así, junto con París, Oxford y Bolonia, en una de las primeras universidades de Europa. Nacido en Zamora el 15 de agosto de 1171 e hijo de Fernando II y Urraca de Portugal, era Alfonso IX un hombre ilustrado y adelantado a su tiempo. No lo era solo por haber creado la Universidad de Salamanca, sino también por otras acciones como plantear las primeras Cortes que permitían la participación de diversos sectores de la población además de los nobles, que ya participaban habitualmente.

En el año 1254 el Rey Alfonso X establece las normativas de organización y dotaciones financieras. Según el decreto de esa fecha, el primer Estudio contó con un maestro en leyes, otro en decretos, dos de decretales, dos de lógica, dos de gramática, dos de física o medicina, uno de órgano, un apotecario, un bibliotecario y dos conservadores.

Alejandro IV publica en 1255 las bulas pontificias que reconocen la validez universal de los grados por ella otorgados y se le concede el privilegio de tener sello propio. La Universidad de Salamanca vivió un momento de expansión sin precedentes con la creación de las primeras universidades americanas, que comienzan a fundarse a partir de 1551 siguiendo la estela de la salmantina, ya que utilizaron sus cartas fundacionales como modelo.

Según los datos que maneja la USAL, más del 70% de las universidades creadas en los siglos XVI y XVII consideran hoy en día a la Universidad de Salamanca su “alma mater”. Fue en esa época cuando el prestigio de Salamanca fue capaz de atraer a estudiantes de todo el ámbito peninsular e incluso de Europa y América.

Con la ley de instrucción pública de 1857, conocida como Ley Moyano, la Universidad de Salamanca quedó reducida a las facultades de Derecho, Teología, que desaparecería más tarde, y Filosofía y Letras. El papel hegemónico tradicional de la institución, como el de las otras universidades consideradas “mayores”, que eran Valladolid y Alcalá, pasó a Madrid como distrito central.

Un año más tarde, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Salamanca salieron en auxilio de la institución universitaria y financiaron como facultades libres las enseñanzas de Medicina y Ciencias. En el año 1904, durante el rectorado del escritor y filósofo Miguel de Unamuno, se consiguió su financiación estatal.

En julio de 1943, en el marco de una nueva ordenación política, se promulga la Ley de Ordenación Universitaria para toda España. “La rigidez administrativa, el control político y la jerarquía constituían la norma”, según explican desde la USAL.

En el marco de las aceleradas transformaciones sociales de los años 60, la Ley Villar Palasí de 1970 concedía cierta autonomía a las universidades en materia de docencia e investigación.

La aprobación y publicación en el año 1983 de la Ley Orgánica de Reforma Universitaria (LRU) ponía punto final a los restos del modelo liberal decimonónico y daba comienzo a una nueva etapa de amplia autonomía universitaria y transformaciones vertiginosas en todos los ámbitos.

Desde 2001, es la Ley Orgánica de Universidades la que legisla su funcionamiento.

En Zamora, la presencia de las enseñanzas de la Universidad de Salamanca se remonta a la creación del Colegio Universitario, que comenzó a funcionar en 1976. Fue seis años antes, en 1970, cuando el entonces vicepresidente de la Diputación de Zamora, Juan Seisdedos, sugirió al presidente de la institución provincial, Felipe Rodríguez, la posible creación de un Colegio Universitario.

Así lo recordaba el propio Felipe Rodríguez, que fue designado presidente de la Diputación en abril de 1970, en el “Dominical” de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA del 2 de agosto de 1992. En aquel momento la propuesta de Juan Seisdedos le pareció a Felipe Rodríguez una idea “luminosa y aguda”, por lo que tomó nota y días más tarde, “no muchos”, según su propia narración, le pidió que redactara y presentara la correspondiente moción para su debate por el pleno de la Corporación.

Esa moción se aprobó por unanimidad el 28 de abril de 1972. Se proponía así la creación de un Colegio Universitario en Zamora y se facultaba a la Presidencia de la Diputación para que llevara a cabo las gestiones oportunas y se habilitaran los créditos necesarios para hacer realidad el proyecto.

En aquellos años era alcalde de la ciudad Miguel Gamazo Pelaz. Recientemente había revertido al Ayuntamiento de Zamora, por ser de su propiedad, el viejo edificio que durante muchos años había sido cuartel de la Comandancia de la Guardia Civil en la céntrica calle San Torcuato. Los impulsores del Colegio Universitario consideraron que era el inmueble idóneo para albergar el centro de enseñanza, eso sí, después de que se hicieran unas reformas y acondicionamientos.

La Corporación municipal se adhirió a la iniciativa iniciada por la Diputación y cedió de forma gratuita el inmueble.

El presidente de la institución provincial se dirigió después a Salamanca, que fue “pieza clave de nuestro proyecto”, según definió años después. El profesor Julio Rodríguez Villanueva era el rector. Le recibió con “inusitada cordialidad” y le prometió dar cuenta a la Junta rectora de la propuesta que le planteaban desde Zamora.

Después de que tuviera lugar el debate en Salamanca, el rector comunicó a Felipe Rodríguez, de manera oficiosa y a través de una llamada telefónica, la favorable acogida de la propuesta.

El día que visitaron el inmueble que se convertiría después en el Colegio Universitario de Zamora, el rector destacó lo que suponía la creación del centro. Confiaba en que serviría para descongestionar las aulas salmantinas, “desbordadas por el aluvión de alumnos que cada año irrumpían en número, creciendo las históricas y legendarias galerías, pasillos y claustros de la Universidad”.

Se dirigió después el presidente de la Diputación a Madrid para presentar el proyecto al Ministerio de Educación. Su primera entrevista fue con Luis Suárez Fernández, historiador y director general de Universidades, quien le comunicó que el de Zamora sería el primer Colegio Universitario de los que se iban creando que se integraría a todos los efectos en la Universidad salmantina.

A esta primera entrevista le siguió una última visita al ministro de Educación, José Luis Villar Palasí. El objetivo de crear un Colegio Universitario en Zamora se logró “con el esfuerzo de todos y la colaboración amplia y generosa de esos desconocidos que se volcaron con Zamora”, según recordaba Felipe Rodríguez en su artículo “Historia del Colegio Universitario de Zamora”, publicado en 1992 y rescatado de la hemeroteca.

Finalmente, el Colegio fue inaugurado con Juan Seisdedos, de quien surgió la idea, como presidente de la Diputación. Esta institución invirtió 60 millones de pesetas en el año 1975 para las obras del nuevo edificio, que se construyó sobre el antiguo cuartel de la Guardia Civil, cedido por el Ayuntamiento.

Bajo la batuta de Manuel Fernández Álvarez, que fue el primer director del Colegio, el centro inició su andadura con 12 alumnos en noviembre del año 1976. Sin embargo, enseguida el número de estudiantes se fue incrementando hasta llegar a casi 300 en el curso 1979-1980. Concretamente, fueron 289 alumnos los que estudiaron en el Colegio Universitario ese año.

Estudiantes y profesores despedían en 1991 los estudios de Humanidades al no continuar en Zamora a partir de entonces las especialidades de Filología y Geografía e Historia. El Colegio Universitario estaba en esos años ocupado por centenares de alumnos de la Escuela Politécnica, la UNED, la Escuela de Graduados Sociales y el Centro de Idiomas.