"Se trata de un tipo de violencia que permanece oculto a ojos de los adultos". Así definieron el acoso el escolar los agentes de la Guardia Civil que ayer por la tarde acudieron al Campus Viriato​ para participar en el ciclo CulturAlcampus sobre este problema que se da en las aulas, con su charla sobre "Prevención del ciberbullying y del acoso en contextos escolares". Un tema demandado por los propios alumnos de la Escuela de Magisterio, a quienes acompañaron entre el público los estudiantes de la Universidad de la Experiencia.

El acoso escolar se define como el maltrato o intimidación entre escolares, lejos de la mirada de los profesores, "por eso es un tipo de violencia difícil de apreciar, debido a esa ocultación", argumentaron. Una situación que se puede dar en diferentes ámbitos del centro escolar, como son el patio, el comedor o el autobús. Y fuera de los límites del colegio es donde aparece el ciberbullying", añadieron.

Aunque los acosadores se cuidan mucho de no hacerse notar, sí que hay señales que pueden poner en alerta a la comunidad educativa. "El acosado muestra un menor rendimiento escolar, falta de concentración y de ganas de asistir a clase, además de conductas tanto de ataque como de huida y un aislamiento de sus compañeros", describieron los agentes. Normalmente, se trata de una persona insegura y sobreprotegida en su ambiente familiar, sin destacar en las habilidades sociales.

De hecho, también el acosador puede mostrar determinadas características. "El agresor se mueve por impulso y tiene escasa conciencia de sus actos, no tiene interés por aprender. Con los adultos es amable, porque no quiere ser descubierto ni castigado. En ocasiones, además, se trata de una venganza, por él mismo ha sido víctima", describió.

Los agentes dividieron este acoso en varias categorías, ya sea físico, psíquico o verbal. "El físico se da sobre todo entre alumnos de Primaria, mientras que el verbal es el más frecuente y el psicológico daña la autoestima de la víctima", apuntó una de las conferenciantes, quien detalló que las agresiones físicas son más habituales en los chicos, las chicas acosadoras se centran más en los rumores o en fomentar el aislamiento de la víctima.

Hablaron en su charla los guardias civiles de un tercer actor en los casos de acoso. Se trata de los espectadores, aquellos que son conscientes de lo que ocurre, pero no hacen nada por evitarlo. "Suelen tener tanto miedo a ser ellos las víctimas que no dan el paso", justificó el agente.

También quiso dejar claro la Guardia Civil que estos actos tienen sus consecuencias penales. "Para los mayores de edad, las penas pueden oscilar de entre los seis meses y los seis años de cárcel, mientras que los menores pueden terminar internados en un centro de reforma para su reeducación". Se trata de un delito contra la integridad moral "y si es continuo, se convierte en un comportamiento grave y vejatorio", definieron. Los agentes animaron a los acosados a denunciar. "No hay que mostrar miedo, siempre habrá alguien que os quiere", animaron.

Son ya más de diez años los que la Guardia Civil, junto con la Policía Nacional, participa en el Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad en los Centros Educativos y sus Entornos, un proyecto que pretende responder de una manera coordinada y eficaz a este problema y fortalece la cooperación policial con los centros educativos. Además del acoso escolar, los agentes participan en charlas sobre otros temas relacionados con la seguridad ciudadana, como la violencia de género, drogas y alcohol, nuevas tecnologías o bandas juveniles, todas ellas materias destinadas a los jóvenes.